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Se trata del centro de investigación neurobiológica más antiguo de España. Tiene su origen en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundado en 1900 por orden del Rey Alfonso XIII con motivo de la concesión del Premio Moscú a Santiago Ramón y Cajal (1852-1934).

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Dos al Siete de Espadas: LA MICROGLÍA EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS
2 al7 de espadas Enfermedades neurodegenerativas Microglía Neurobaraja Neuroglía

Dos al Siete de Espadas: LA MICROGLÍA EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Por Instituto Cajal 31.3.22

 

La microglía protege el sistema nervioso central y custodia su buen funcionamiento, pero cuando la neuroinflamación defensiva que desencadena en respuesta a una agresión se descontrola, se acumulan las preguntas a las que la neurociencia busca respuestas que atajen los trastornos y enfermedades que origina.

Sabemos que las enfermedades del sistema nervioso son afecciones complejísimas que obligan a los investigadores a desplegar su arsenal neurocientífico para responder a las preguntas de por qué, cómo y cuándo se producen. Esclarecer sus causas nos pondrá en camino para encontrar tratamientos que, a falta de curarlas, por lo menos frenen su avance o alivien los síntomas de quienes las padecen.

En los últimos años se ha descubierto que la microglía juega un papel crucial en las patologías del sistema nervioso, independientemente de la causa o la región afectada. Natalia Yanguas Casás, del Instituto de Investigación Puerta de Hierro-Segovia de Arana, es experta en estas células y nos explica en esta entrada cuál es el papel que juegan en distintas enfermedades neurológicas.

Como vimos en la carta del As de Espadas de nuestra neurobaraja, la microglía es la célula inmunitaria residente de nuestro sistema nervioso. Esto significa que es la primera línea de defensa ante alteraciones o posibles agresiones del mismo. ¿Cómo realiza estas funciones? Pues bien, primero detecta la alteración o agresión. Acto seguido, libera sustancias pro-inflamatorias para activar las células de alrededor y reclutar a otras que estén más lejos para eliminarla, en un proceso que se llama: neuroinflamación [1]. Una vez que el problema está bajo control, las células de la microglía fagocitan los restos de células (o debris) que queden en la zona y liberan sustancias antiinflamatorias para que todo vuelva al estado de equilibrio (homeostasis) anterior a la perturbación, y ellas puedan volver a su estado «vigilante».

Dada la importancia de sus funciones, es fácil comprender que el mal funcionamiento de las células de la microglía se relacione con la patogénesis de múltiples enfermedades neurodegenerativas. De hecho, a medida que envejecemos, la microglía se vuelve senescente y no es capaz de resolver con la misma eficiencia de cuando el organismo era más joven las alteraciones que ocurren en el tejido nervioso. Por eso, la incidencia de las enfermedades neurodegenerativas aumenta con la edad [2].

A pesar de su diversidad y complejidad, hoy sabemos que todas las enfermedades del sistema nervioso van acompañadas de un proceso, más o menos progresivo, de neuroinflamación crónica que termina provocando la degeneración y la muerte neuronal. Sin embargo, es importante saber que la neuroinflamación es una respuesta fisiológica que generan las células de la microglía con el fin de eliminar perturbaciones del ambiente y que el sistema nervioso siga funcionando de manera óptima. Normalmente es un proceso de corta duración, pero en situaciones patológicas se vuelve crónico, porque la microglía no es capaz de resolver la perturbación y sigue liberando sustancias pro-inflamatorias al medio. Además, es posible que tampoco sea capaz de fagocitar los restos de células muertas o de proteínas mal plegadas, con lo que el ambiente se vuelve tóxico para las células sanas de alrededor.

La microglía no es la única célula que contribuye a los procesos inmunológicos dentro del sistema nervioso, porque otras poblaciones de células (como los astrocitos) pueden responder a factores patológicos e influir en las respuestas y reacciones del resto de células. Sin embargo, aquí nos vamos a centrar en el papel de la microglía en las enfermedades neurodegenerativas más comunes.

Cuando presentamos las cartas del dos al siete de bastos hablamos de la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario ataca la vaina protectora de mielina que recubre las fibras nerviosas, causando problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Los acúmulos tóxicos de mielina generan un ambiente pro-inflamatorio a su alrededor que recluta la microglía para eliminarlos. En estadios iniciales de la enfermedad, la microglía es capaz de resolver la situación y revertir la situación a la normalidad, lo que se ha relacionado con la alternancia entre brotes y situaciones de normalidad en la llamada esclerosis múltiple remitente-recurrente. Pero como el sistema inmunitario sigue atacando las vainas de mielina, la neuroinflamación se hace crónica y, si se combina con fallos en la fagocitosis de la mielina, la retroalimentación inflamatoria que se genera es cada vez más difícil de resolver, hasta que el sistema no puede hacer frente a la situación y la enfermedad progresa.

Con la publicación de las cartas del dos al siete de oros vimos que la enfermedad neurodegenerativa más frecuente y la principal causa de demencia es el alzhéimer. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de péptidos amiloideos (Aβ) que forman placas y se acumulan en el tejido cerebral, principalmente en la corteza cerebral y el hipocampo. La microglía interviene porque el péptido Aβ provoca su activación y hace que se concentre alrededor de estas placas, que sin embargo no elimina. La activación de la microglía también libera mediadores pro-inflamatorios y glutamato en la zona, lo que acaba matando a las neuronas. En función del estadio de la enfermedad, se ha visto que la microglía puede ejercer efectos beneficiosos (sobre todo en etapas iniciales), pero cuando su respuesta es deficiente, se observan problemas en la fagocitosis, en las cascadas inflamatorias e, incluso, en su metabolismo.

Otra enfermedad de importante incidencia es el párkinson, que es el paradigma de los trastornos neurodegenerativos del movimiento, aunque también produce alteraciones en la función cognitiva, cuadros depresivos y dolor. La causa principal es un déficit de secreción de dopamina en una región cerebral llamada substantia nigra pars compacta, que se produce por degeneración de las neuronas en esa zona. Además, aparecen acúmulos de una proteína llamada alfa-sinucleína (α-Syn) en estas neuronas, generando lo que en la clínica se conoce como cuerpos de Lewy. Se ha visto que la α-Syn liberada por las neuronas activa la microglía, que en esta enfermedad presenta alteraciones en genes relacionados con estrés oxidativo e inflamación y en la proteínas de degradación en lisosomas, lo que quiere decir que la microglía es capaz de fagocitarlas pero no de procesarlas. Esto deriva en la liberación exacerbada de mediadores pro-inflamatorios por la microglía. Además, se ha visto que la función de poda sináptica, que garantiza que las conexiones neuronales funcionen bien, también se encuentra alterada en la microglía de modelos animales y pacientes con la enfermedad de Parkinson. 

También la ataxia-telangiectasia es una enfermedad neurodegenerativa relacionada con el movimiento. Se trata de una enfermedad hereditaria causada por una mutación concreta, que provoca una degeneración del cerebelo. Los modelos animales de esta patología han demostrado que la migración de la microglía al cerebelo es mucho más rápida de lo normal durante los estadios del desarrollo, y que también existen deficiencias de fagocitosis en esta región.

Otro tipo de enfermedades neurológicas son las enfermedades priónicas o encefalopatías espongiformes transmisibles, que están producidas por unas proteínas llamadas priones, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). Estas patologías suelen debutar en la edad madura y evolucionan con mucha rapidez (el 90 % de los pacientes muere un año después del diagnóstico). Se ha sugerido que la microglía juega un papel crucial en el inicio de los cambios patológicos en esta enfermedad. Como en el resto de patologías con depósitos de proteínas alteradas, la microglía se sitúa alrededor de estas, y se activa para fagocitarlas y eliminarlas del medio. La degeneración neuronal en esta enfermedad se debe a una reducción en la resistencia a las agresiones de sustancias tóxicas y a un incremento en la liberación de estas y de especies reactivas de oxígeno por la microglía. Además, la microglía activada por los priones libera mediadores pro-inflamatorios en esa región, agravando la muerte neuronal.

La epilepsia es una enfermedad provocada por alteraciones en la actividad eléctrica de las neuronas. Las causas son muy variables, desde genéticas hasta traumatismos o hipoxia cerebral, pero la microglía también juega un papel importante en esta patología. Una de las funciones fisiológicas de la microglía es la poda de sinapsis aberrantes. Esto quiere decir que para que las neuronas sean capaces de transmitir la información de una a otra de una manera óptima, la microglía determina qué conexiones son importantes y cuáles no, y elimina estas últimas para dar prioridad a las primeras. Si la poda sináptica no se hace bien, aparecen alteraciones en las conexiones cerebrales que contribuyen a la patofisiología de esta enfermedad. 

La enfermedad de Huntington es poco frecuente en comparación con las anteriores. Su causa es genética, y por lo tanto es una enfermedad hereditaria. En estos pacientes, y en diferentes modelos animales, se ha observado que la microglía está activada y tiene un fenotipo pro-inflamatorio, de manera que su principal contribución a esta patología es, de nuevo, la cronificación de la neuroinflamación.

Además de su papel en las enfermedades neurodegenerativas, la disfunción de la microglía aparece en otras enfermedades neurológicas como en el autismo o el síndrome de Tourette (por deficiencias en la poda sináptica o favorecimiento de la neuroinflamación en determinados estadios del desarrollo), la depresión (por liberación de mediadores pro-inflamatorios y de estrés), el síndrome de estrés postraumático (favoreciendo la inflamación), los accidentes cerebrovasculares o traumatismos (por disfunciones en la capacidad fagocítica y una mala resolución del proceso inflamatorio en algunos casos) o los tumores cerebrales (favoreciendo la migración de las células tumorales y mecanismos de escape tumoral). 

Está claro que la microglía juega un papel crucial en las enfermedades del sistema nervioso, independientemente de cuál(es) sea(n) su(s) causa(s) o la(s) zona(s) afectada(s). Por eso, al igual que los astrocitos, actualmente son una diana terapéutica muy interesante. Si conseguimos modular las respuestas de la microglía será posible indicarles que hagan lo que «nosotros queramos que hagan»: desde fagocitar mejor para eliminar los acúmulos de proteínas, hasta determinar su tipo de activación (pro- o anti-inflamatoria) según el momento. De este modo podríamos cambiar el desarrollo de muchas de estas enfermedades.   


¿TE HA PICADO LA CURIOSIDAD Y QUIERES SABER MÁS?

FUENTES CITADAS Y NOTAS

[1] MARTÍNEZ-TAPIA, R. J., F. ESTRADA-ROJO, A. A. HERNÁNDEZ-CHÁVEZ, A. BARAJAS-MARTÍNEZ, S. ISLAS ESCOTO, L. NAVARRO y A. CHAVARRÍA (2018). Neuroinflamación: el Ying-Yang de la neuroinmunología. Revista de la Facultad de Medicina (México), 61(5): pp. 44-53 http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422018000500044&lng=es&tlng=es 

[2] Si quieres saber más sobre algunas enfermedades degenerativas, mira la entrada de las cartas 2 al 7 de Copas).

OTROS ENLACES INTERESANTES

PÉREZ CAPOTE, Kamil (2006). Respuesta de las células gliales al daño neuronal in vitro. Introducción (55 pp). Tesis Doctoral. Universitat de Barcelona. https://digital.csic.es/bitstream/10261/91949/4/1_INTRODUCCION.pdf

KWON Hyuk-Sung and Seong-Ho KOH (2020). Neuroinflammation in neurodegenerative disorders: the roles of microglia and astrocytes. Translational Neurodegeneration (2020) 9:42 https://translationalneurodegeneration.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40035-020-00221-2

Infografía sobre neurodegeneración (en inglés)

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Dos al siete de copas: LA ASTROGLÍA EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Por Instituto Cajal 24.3.22

Nuestro palo de Copas está representado por los astrocitos, unas células gliales que brindan un menú de servicios tan completo a las neuronas que, cuando falta algún ingrediente de los platos de la carta, surgen problemas  asociados con muchas enfermedades neurológicas.   

Existen más de 600 enfermedades del sistema nervioso de naturaleza múltiple y diversa, que los neurocientíficos investigan para, conociendo sus causas, diseñar sus posibles tratamientos. 

Entre las enfermedades neurológicas podemos citar las enfermedades de la conducta y las demencias (como el alzhéimer o la demencia con cuerpos de Lewy);  las enfermedades desmielinizantes (como la esclerosis múltiple); las enfermedades neuromusculares (hay 150, donde se incluyen ataxias y trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Huntington); las infecciones del sistema nervioso (como las encefalopatías espongiformes provocadas por priones); la epilepsia; las enfermedades vasculares (como los ictus); la migraña y otras cefaleas; los tumores cerebrales (como los gliomas); las afecciones traumáticas del sistema nervioso; los trastornos del desarrollo del sistema nervioso, o los trastornos tóxico-metabólicos y carenciales, sin olvidar los trastornos del sueño y otros trastornos como los del espectro autista [1][2]. 












Se sabe que algunas son hereditarias (como la enfermedad de Huntington, neuropatías periféricas como la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, ataxias como la de Friedreich o distrofias como la de Duchenne y Becker) y para una de ellas, la enfermedad de Huntington, se ha localizado en el genoma humano el gen mutante que la provoca. Esto permite identificar la enfermedad antes de que aparezcan sus síntomas, para anticipar sus consecuencias y afinar los tratamientos. Otras enfermedades, como la esclerosis múltiple, son de origen autoinmunitario, aunque se ignore qué es lo que provoca que sea el sistema inmunitario del individuo el que ataque sus propias estructuras nerviosas. De muchas enfermedades neurológicas se desconocen las causas exactas, pero es muy probable que exista susceptibilidad genética y factores de riesgo (hereditarios o no) que aumentan las posibilidades de padecerlas, aunque no sean suficientes ni necesarios para sufrirlas.

Dentro del abanico de enfermedades del sistema nervioso, las enfermedades neurodegenerativas son las más prevalentes en la actualidad, ya que están muy relacionadas con el envejecimiento generalizado de la población, cada vez más numerosa y con mayor esperanza de vida. Cuando en entradas anteriores hablamos de la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis múltiple vimos que todas suelen evolucionar de modo progresivo, además de afectar no solo a quien las padece sino a su entorno más cercano [1]. Por ello, la  Organización Mundial de la Salud ha advertido de que se han convertido en un problema de salud mundial con graves consecuencias, tanto humanas como sociales y económicas, que es necesario atender con urgencia. 

Las enfermedades neurodegenerativas son procesos crónicos que se caracterizan por la muerte progresiva de neuronas en diferentes regiones del sistema nervioso, lo que provoca un deterioro funcional de las partes afectadas, sean motoras, sensoriales o cognitivas. Esta pérdida paulatina de las células nerviosas es la responsable de los signos y síntomas neurológicos y neuropsicológicos  que las caracterizan [3].

  • Aunque en nuestra neurobaraja asociamos la enfermedad de Alzheimer con las neuronas (porque, entre otras cosas, ocurre un deterioro del axón), y la esclerosis múltiple con los oligodendrocitos (al tratarse de una enfermedad desmielinizante), lo cierto es que resulta imposible atribuir a un solo tipo de células nerviosas la responsabilidad de las enfermedades neurológicas. Lo que sí es cierto es que en la mayoría de ellas intervienen de algún modo los astrocitos. ¿Adivinas por qué?
  • Pues porque los astrocitos son las células gliales más abundantes del sistema nervioso central y porque son esenciales para su buen funcionamiento.  No solo participan formando el armazón que estructura y sostiene físicamente el tejido nervioso, sino que protegen al cerebro de la entrada de patógenos (gracias a la barrera hematoencefálica); intervienen  en la regulación metabólica  y en el reciclaje de neurotransmisores; gestionan la reserva de glucógeno (para suministrar la energía necesaria a demanda de las neuronas); controlan y regulan el flujo sanguíneo que aporta oxígeno y nutrientes a las neuronas; modulan la actividad neuronal e intervienen en el modo de procesar la información nerviosa; participan en las sinapsis tripartitas y asumen funciones relacionadas con  el desarrollo y la plasticidad neuronal. Además, los astrocitos coordinan la producción de mielina y colaboran con la microglía en las labores defensivas. Por eso es lógico que el mal funcionamiento de los astrocitos intervenga en las enfermedades neurológicas, sobre todo neurodegenerativas, e incluso esté muy relacionado con los síntomas neuropsiquiátricos [13].
  • Los estudios más recientes aportan pruebas fisiológicas y patológicas del abanico de formas y funciones de los astrocitos, que  constituyen una variada población de células con funciones muy específicas dependientes de los circuitos neurales en los que intervienen como moduladores [4]. Así pues, en el encéfalo humano, junto a los astrocitos protoplasmáticos de la sustancia gris que participan en las sinapsis tripartitas y a los astrocitos fibrosos asociados a los axones neuronales en la sustancia blanca, parece que existe un tercer tipo de astrocitos reactivos. Aunque no existen astrocitos reactivos prototípicos, porque ya hemos dicho que adoptan diferentes estados dependiendo del contexto en el que se encuentran, frente a cualquier daño o amenaza (accidente vascular, enfermedad o infección) reaccionan con cambios morfológicos, moleculares y funcionales  [6] que pueden resultar neuroprotectores o, al contrario, perjudiciales según el contexto patológico y los circuitos o microcircuitos nerviosos en los que estén implicados. Esta activación es heterogénea y variable: cuando es neurotóxica parece que implica los fenotipos M1 de la microglía y A1 de los astrocitos, y cuando es neuroprotectora son los fenotipos M2 en la microglía y A2 en los astrocitos [5]. 
  • Un ejemplo de esto ocurre cuando los astrocitos asumen funciones defensivas junto a la microglía para hacer frente a ciertas lesiones cerebrales formando la llamada cicatriz glial, o participando en los procesos fisiológicos de neuroinflamación desencadenados para combatir cualquier perturbación en el tejido nervioso. 
  • La cicatriz glial se forma en caso de lesiones graves y es esencial en la reparación del tejido dañado del sistema nervioso central, ya que funciona como barrera de migración celular alrededor de las zonas donde se necesita una intensa inflamación, restringiendo la propagación de células inflamatorias y agentes que dañan el tejido sano adyacente [15].
  • La neuroinflamación está muy asociada con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson, o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y en el corazón de esta respuesta se hallan los cambios morfológicos, moleculares y funcionales tanto de la microglía como de los astrocitos. 
  • Parece claro que las anomalías en la función astrocítica están relacionadas con la aparición de muchas enfermedades neurodegenerativas [9]. Así pues, el papel que juegan los cambios de la función de los astrocitos en las enfermedades del sistema nervioso central puede deberse  [5][7][8][4]: 
    • a los efectos negativos derivados de la pérdida de funciones neuroprotectoras de los astrocitos (parcial, porque algunos estudios [2] apuntan a que incluso en situaciones patológicas todos o parte de los astrocitos las mantienen);
    • al exceso de reactividad astrocitaria que puede resultar tóxica, o
    • a una combinación de ambos.
  • La respuesta de los astrocitos a cualquier tipo de daño, lesión o infección se lleva a cabo a través de un proceso denominado  «astrogliosis» [14]. Veamos a grandes rasgos qué papel juegan los astrocitos en algunas de las principales enfermedades neurodegenerativas.
  • - En la enfermedad de Parkinson se forman agregados intraneuronales de α-sinucleína, llamados Cuerpos de Lewy. Parece que la α-sinucleína también puede acumularse en el citoplasma de los astrocitos protoplásmicos, provocando la activación de la microglía y la producción de mediadores neuroinflamatorios. Se han observado también problemas de regulación de la barrera hematoencefálica y con el metabolismo del glutamato, cuya acumulación resulta tóxica para las neuronas [8].
  • - En la enfermedad de Huntington, la mutación en el gen HTT produce una proteína (denominada huntingtina) mutante que no solo perjudica a las neuronas. En los astrocitos, esta enfermedad provoca alteraciones en la señalización de calcio,  problemas con el reciclaje de neurotransmisores (como el glutamato) y la regulación de la concentración de potasio, además de disfunciones en las mitocondrias, exceso de colesterol y la adquisición de un fenotipo reactivo relacionado con la neuroinflamación [8][14].
  • - En la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) los astrocitos dejan de reciclar correctamente el glutamato, que se acumula en el medio extracelular. Aparecen también disfunciones en el transporte de lactato y con las especies reactivas del oxígeno, de modo que todo contribuye a crear factores tóxicos que activan la vía de la microglía y provocan daños en las motoneuronas. También parece alterarse la comunicación recíproca astrocito-neurona, de modo que en conjunto se producen una serie de interacciones multicelulares muy complejas que, entre otras cosas, activan mecanismos de muerte celular programada (apoptosis) [8].
  • - En la epilepsia parece que los astrocitos intervienen en el mecanismo de sincronización de las crisis. De nuevo parece ocurrir inactivación de los transportadores de glutamato, con lo que se favorecen las sinapsis excitadoras y se perturba la homeostasis [8].
  • - En la enfermedad de Alzheimer son las placas β-amiloides las que impactan el mal funcionamiento de los astrocitos: se altera la homeostasis del calcio, el metabolismo energético y oxidativo, de modo que los astrocitos se vuelven tóxicos para las neuronas [8].
  • Lo que está claro es que existen relaciones muy complicadas entre estas células gliales reactivas y aún quedan muchas incógnitas por despejar en los fenómenos de la plasticidad de los astrocitos que les permite promover la inflamación (fenotipos proinflamatorios) o luchar contra ella (fenotipos antiinflamatorios) [6]. En este sentido, las líneas de investigación se dirigen actualmente tanto a identificar biomarcadores de la neuroinflamación y dianas terapéuticas que puedan ayudar a ensayar fármacos capaces de modularla, como a desentrañar los mecanismos que están detrás de la plasticidad astrocitaria para explotarlos con fines terapéuticos [7] [11].  Incluso se está pensando en explotar esta plasticidad y la abundancia numérica de astrocitos para convertirlos en neuronas que sustituyan las destruidas por la enfermedad [12]. Sorprendente, ¿verdad?
  •  ¿Te ha picado la curiosidad y quieres saber más?
  • Asociaciones de pacientes:
  • FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE PARKINSON https://www.esparkinson.es/la-federacion/
  • ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÍFICA (adELA) https://adelaweb.org/
  • ASOCIACIÓN ESPAÑOLA COREA DE HUNTINGTON (AECH) https://www.e-huntington.es/
  • ASOCIACIÓN NACIONAL DE PERSONAS CON EPILEPSIA (ANPE) https://www.anpeepilepsia.org/
  • NOTAS Y FUENTES CITADAS:
  • [1] GARCÉS, Mario (2016). Estudio sobre las enfermedades neurodegenerativas en España y su impacto económico y social. Informe documental elaborado por «Neuroalianza»  (Asociación Española de Enfermedades Neurodegenerativas) y la Universidad Complutense de Madrid, 180 pp. https://eprints.ucm.es/id/eprint/43893/1/Informe%20NeuroAlianza%20Completo%20v.51.pdf
  • [2] ZHOU, Y., SHAO, A., YAO, Y., TU, S., DENG, Y., and ZHANG, J. (2020). Dual roles of astrocytes in plasticity and reconstruction after traumatic brain injury. Cell Commun. Signal. 18 (1), 62. doi:10.1186/s12964-020-00549-2
  • [3] DOMÍNGUEZ MONEDERO, A. y F. GOÑI DE CERIO (2014). Enfermedades neurológicas y su tratamiento. Retos pendientes de la farmacología. Revista Pharmatec, Especial Biotecnología 2014 (10): pp. 40-44 https://www.pharmatech.es/descargar_documento/GAIKER.pdf
  • [4] DI CESARE MANNELLI, Lorenzo,  Stefania  CERUTI and Juan A. ORELLANA (2021). Editorial: Astrocytes, a Kaleidoscope of Diversities, a Pharmacological Horizon. Front Pharmacol 2021; 12: 638239. Publicado en línea el 8 de marzo doi: 10.3389/fphar.2021.638239
  • [5] GUILLAMÓN-VIVANCOS, T., U. GÓMEZ-PINEDO y J. MATÍAS-GUIU (2015). Astrocitos en las enfermedades neurodegenerativas (I): función y caracterización molecular. Neurología (2015) 30(2): 119-129 https://www.elsevier.es/en-revista-neurologia-295-articulo-astrocitos-enfermedades-neurodegenerativas-i-funcion-S0213485313000042
  • [6] Astrocitos reactivos: un inexplorado nicho terapéutico para las enfermedades neurológicas. Investigación y Ciencia, 5 de marzo de 2021 https://www.investigacionyciencia.es/blogs/psicologia-y-neurociencia/37/posts/astrocitos-reactivos-un-inexplorado-nicho-teraputico-para-las-enfermedades-neurolgicas-19622
  • [7] KWON Hyuk-Sung and Seong-Ho KOH (2020). Neuroinflammation in neurodegenerative disorders: the roles of microglia and astrocytes. Translational Neurodegeneration (2020) 9:42 https://translationalneurodegeneration.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40035-020-00221-2
  • [8] PHATNANI, H. and  Tom MANIATIS (2015). Astrocytes in Neurodegenerative Disesase. Cold Spring Harb Perspect Biol 2015;7:a020628 DOI: 10.1101/cshperspect.a020628
  • [9] TRUJILLO-ESTRADA, L., A. GOMEZ-ARBOLEDAS, S. FORNER, AC MARTINI, A. GUTIERREZ, Y D. BAGLIETTO-VARGAS, FM La FERLA. Astrocytes: From the Physiology to the Disease. Curr Alzheimer Res. 2019;16(8):675-698. http://www.eurekaselect.com/article/100542
  • [10] La Enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa, con mayor prevalencia en nuestro país. Afecta a más de 6.3 millones de personas en todo el mundo[1] 
  • [11] GIOVANNONI, Federico and Francisco J. QUINTANA (2020). The Role of Astrocytes in CNS Inflammation. Trends in Immunology, Volume 41, Issue 9, 805 - 819  https://doi.org/10.1016/j.it.2020.07.007
  • [12] QUIAN, H., KANG X, HIAN, H., KANKG, X., HU, J. (2020). Reversing a model of Parkinson’s disease with in situ converted nigral neurons. Nature 582: pp. 550 a 556.   https://doi.org/10.1038/s41586-020-2388-4



  • [13] BEN HAIM, Lucile et Carole ESCARTIN. Astrocytes and neuropsychiatric symptoms in neurodegenerative diseases: Exploring the missing links. Current Opinion in Neurobiology, Volume 72, 2022, Pages 63-71. https://doi.org/10.1016/j.conb.2021.09.002
  • [14] KHAKH, B. S., BEAUMONTt, V., CACHOPE, R., MUNOZ-SANJUAN, I., GOLDMAN, S. A., & GRANTYN, R. (2017). Unravelling and Exploiting Astrocyte Dysfunction in Huntington's Disease. Trends in neurosciences, 40 (7), 422–437.     https://doi.org/10.1016/j.tins.2017.05.002
  • [15]  MARTÍNEZ TAPIA, R. J.,  F. ESTRADA-ROJO, A.A. HERNÁNDEZ-CHÁVEZ, A. BARAJAS-MARTÍNEZ,  S. ISLAS ESCOTO, L. NAVARRO, A. CHAVARRÍA (2018).  Neuroinflamación: El Ying-Yang De La Neuroinmunología. Revista De La Facultad De Medicina (México), 61 (5): 44-53 



  • OTROS ENLACES DE INTERÉS
  • Canal YouTube Cerebrotes, de Clara García: 
  • La importancia de la enfermedad de Huntington https://www.youtube.com/watch?v=QaHbf40DTuk
    Actividad intelectual y la enfermedad de Huntington https://www.youtube.com/watch?v=oVlS13Pldso&t=192s
  • Canal YouTube EMP Sinapsis: 
  • ¿Qué es el párkinson? https://www.youtube.com/watch?v=39QtyibhWlM
    ¿Qué es la epilepsia y las convulsiones? https://www.youtube.com/watch?v=vzqJh--l1cs
  • SEGOVIA DE ARANA, José Mª y Francisco MORA TERUEL (coord.) (2002). Enfermedades neurodegenerativas. Farmaindustria, Serie Científica Madrid, 2002 http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/segovia-neurodegenerativas-01.pdf 
  • Francesc Palau Martínez, Ana Cuesta Peredo, Javier García Planells, Pilar González Cabo, Laia Pedrola Vidal, Reyes Calaramunt Alonso y Carmen Espinós Armero (2004). ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS HEREDITARIAS: Genes, mutaciones, clínica y epidemiología genética.  Unidad de Genética y Medicina Molecular, Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC). Documento 67/2005 «Memoria de la labor de investigación galardonada con la dotación para España de los Premios Reina Sofía 2004, de Prevención de Deficiencias». Real Patronato Sobre Discapacidad
  • Ashley M. INGIOSI, Christopher R. HAYWORTH, Daniel O. HARVEY, Michael J. REMPE, Jonathan P. WISOR and Marcos G. Frank. A Role for Astroglial Calcium in Mammalian Sleep and Sleep Regulation.  Current Biology (2020). DOI:  https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.08.052  https://doi.org/10.1016/j.it.2020.07.007
  • CHNEIWEISS, H. (2005). Et l'épilepsie devint une maladie de l'astrocyte. MS / Médecine Sciences, Volume 21, numéro 12, décembre 2005, p. 1023–1025   https://www.erudit.org/fr/revues/ms/2005-v21-n11-ms1023/012003ar/

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CARTAS 2 al 7 de OROS: LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
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CARTAS 2 al 7 de OROS: LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

Por Instituto Cajal 10.3.22

El alzhéimer destruye nuestro tesoro neuronal y la riqueza de sus conexiones oscureciendo los recuerdos, limitando las capacidades cognitivas y entorpeciendo la vida cotidiana. El palo de oros simboliza tanto la millonaria inversión que requiere investigar esta enfermedad, como el brillo de la ciencia que terminará por alumbrar tratamientos eficaces para combatirla.


La salud cerebral es esencial para mantener nuestra autonomía personal, conservar la memoria y disfrutar de la vida, pero se ve amenazada por una serie de enfermedades neurodegenerativas capaces de afectar tanto a nuestro sistema nervioso central (encéfalo —cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo— y médula espinal) como al sistema nervioso periférico (ganglios y nervios). Muy diversas y complejas, todas se acompañan de un proceso más o menos progresivo de neuroinflamación crónica, que finalmente deriva en la degeneración y muerte neuronal.

La enfermedad neurodegenerativa más frecuente es el alzhéimer. Se trata además de la principal causa de demencia en el mundo (provoca dos tercios de los casos).

Demencia y enfermedad de Alzheimer son términos que a menudo se confunden. «Demencia» es una palabra genérica que alude a una pérdida de capacidades cognitivas lo suficientemente acusada como para interferir en la vida diaria de quien la padece. Es la manifestación de un conjunto de signos y síntomas producidos por algún tipo de alteración cerebral. Según la causa y las zonas cerebrales afectadas, los síntomas y la evolución serán diferentes [1]. Actualmente las demencias de todo tipo afectan a unos 46 millones de pacientes en todo el mundo, a 8 millones en Europa y a unas 800 000 personas en España. Cada año se diagnostican a escala mundial 4,6 millones de nuevos casos [9], pero debido al aumento de la población y de su esperanza de vida, este número podría triplicarse en 2050 hasta alcanzar los 152 millones [2]. Hoy, un 60 % de las personas con demencia viven en países con rentas bajas o medias, pero en 2050 este porcentaje subirá hasta el 71 %.

Adaptado de: https://infotiti.com/2019/05/diferencia-entre-demencia-senil-y-alzheimer/

Fue Emil Kraepelin (1856-1926), pionero de la neuropsiquiatría científica moderna en Alemania quien, en 1910, denominó «enfermedad de Alzheimer» al conjunto de síntomas que su discípulo Alois Alzheimer (1864-1915) había descrito por primera vez en 1906, asociados a las anomalías que observó en el cerebro de una paciente de 55 años, Auguste Deter. En el Legado Cajal se conservan preparaciones histológicas de Santiago Ramón y Cajal de 1920-1925 rotuladas como «enfermedad o demencia de Alzheimer» [4].

En la autopsia del cerebro de Auguste Deter, Alois Alzheimer observó que la corteza cerebral era más delgada de lo normal y que entre las neuronas había acúmulos en forma de placas —que denominó «amiloides» porque se teñían como el almidón aunque en realidad son de naturaleza proteica— y dentro de las propias neuronas había acúmulos de material aparentemente fibroso  —posteriormente llamados «ovillos neurofibrilares» o tangles, en inglés—. La presencia de estas anomalías y acúmulos interrumpen el funcionamiento neuronal y son responsables, con el tiempo, de la muerte neuronal [5][6][7].

La Enfermedad de Alzhéimer suele diagnosticarse en personas mayores de 65 años, pero cada vez surgen más casos de aparición precoz. Sin embargo, los primeros daños cerebrales pueden haberse iniciado hasta 15 o 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas, durante una fase preclínica, a la que siguen otras con síntomas leves a moderados antes de alcanzar la fase grave en la que ya se ha producido una importante pérdida neuronal y la consiguiente reducción del volumen cerebral.

Es una enfermedad progresiva e irreversible, caracterizada por la aparición lenta de los síntomas pero cuyo deterioro cognitivo progresivo termina por provocar demencia. El importante deterioro cognitivo se caracteriza por la pérdida de memoria, alteraciones en el lenguaje, pérdida del sentido de la orientación y dificultad para planificar tareas o resolver problemas. Todo esto suele acompañarse de cambios en el carácter y la conducta.  Con el tiempo, el enfermo de alzhéimer pierde autonomía y, en las fases más avanzadas, necesitará ayuda y cuidados casi permanentes.

Adaptado de https://fpmaragall.org/alzheimer-enfermedad/enfermedad-alzheimer/

Se desconocen las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer, pero la mayoría de los científicos coincide en el papel que juegan en el cerebro con alzhéimer dos sustancias proteicas, aunque  todavía se desconozca exactamente cómo se relacionan entre sí. Lo cierto es que la enfermedad de Alzheimer afecta tanto a la comunicación entre las células nerviosas como a las propias células. De modo muy simplificado, se sabe que:

  • Los péptidos amiloideos (Aβ) forman placas y se acumulan en el tejido cerebral, inicialmente en las regiones relacionadas con la memoria (el hipocampo) y las funciones cognoscitivas superiores (la corteza cerebral). Estos acúmulos pueden contener terminaciones de neuronas degeneradas y estar rodeados de células gliales reactivas. Parece que la acumulación del péptido Aβ activa la microglía, que se concentra alrededor de estas placas, pero no las elimina. Al activarse, la microglía provoca la liberación de mediadores pro-inflamatorios y glutamato en la zona, lo que acaba matando a las neuronas. Parece que también se alteran la fagocitosis, las cascadas inflamatorias y la poda sináptica, que puede descontrolarse y destruir indebidamente sinapsis y neuronas. 

  • La proteína tau, que en condiciones normales contribuye a estabilizar los axones largos e interviene en el sistema de transporte neuronal (de nutrientes, neurotransmisores...) constituido por microtúbulos, también alcanza niveles anormales en los enfermos de alzhéimer y se concentra formando ovillos neurofibrilares que bloquean y destruyen este sistema de transporte en los axones. 
  • Aunque no se sabe qué es lo que provoca el aumento anormal de los péptidos amiloideos, parece que su acumulación es la que causa el aumento de la proteína tau. La enfermedad avanza produciendo neuroinflamación y atrofia por destrucción de células nerviosas, lo que provoca un encogimiento de la corteza cerebral, el agrandamiento de los ventrículos y la reducción del hipocampo. En paralelo a la disminución del volumen cerebral también comienza a alterarse el metabolismo de la glucosa, antes incluso de la aparición de los primeros síntomas [2].



En la mayoría de los casos la enfermedad de Alzheimer no es hereditaria (variante «esporádica»), pero existen factores de riesgo hereditarios que aumentan la probabilidad de padecerla, aunque no sean suficientes ni necesarios para sufrirla [8]. Sin embargo, en un 1 % de los pacientes, las causas pueden atribuirse de modo exclusivo a un factor genético o hereditario (variante «familiar»). Parece que en estos casos hay una mutación de tres genes y la enfermedad, más agresiva, suele aparecer antes de los 60 o los 65 años, con una probabilidad de desarrollar la enfermedad para los descendientes del 50 % [9]. 

Según Alireza Atri, científico responsable de la Alzheimer's Prevention Initiative, es probable que la «sustancia química tóxica» del amiloide tenga su origen en factores de origen metabólico que afectan a todo el mundo al envejecer. Por ejemplo, nuestra capacidad para metabolizar el colesterol y la glucosa, además de la inflamación, el estrés oxidativo y «el mal funcionamiento del sistema de recolección de residuos del cerebro». En su opinión, todos estos elementos posiblemente ayudan a incrementar la acumulación de amiloides, lo que a su vez causa daños en las sinapsis y ocasiona la agregación de la proteína tau, la verdadera culpable de la destrucción de los axones [2].

A pesar de tratarse de una enfermedad muy bien descrita y con más de 100 años de historia, la investigación de la enfermedad de Alzheimer es uno de los mayores retos globales a los que se enfrenta la comunidad científica y médica. Lamentablemente, los recursos destinados a la investigación de sus causas y al esclarecimiento de su funcionamiento son mucho menores que los dedicados a otras enfermedades, como el cáncer o el sida. El Informe Mundial sobre Alzheimer de 2018 [2] apunta que, por cada 12 estudios sobre  el cáncer, hay uno solo centrado en los trastornos neurocognitivos en general, y no necesariamente sobre la enfermedad de Alzheimer. No es por eso extraño que todavía se trate de una enfermedad que no tiene cura, aunque sea urgente encontrar una solución para los cada vez más numerosos pacientes.  

Para concienciar a la población sobre todos los aspectos del alzhéimer, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en 1994 el 21 de septiembre como Día Mundial del Alzhéimer y desde 2011 dedica todo el mes de septiembre a luchar contra el desconocimiento de esta enfermedad neurodegenerativa.

Paola Barbarino, Consejera Delegada de Alzheimer Disease International, propone que los estados destinen el 1 % de los costes sociales de la demencia a financiar la investigación en ciencia básica, mejoras del cuidado, prevención y reducción de riesgos, desarrollo de medicamentos y salud pública [2]. Sin una inversión considerable en estas áreas de la investigación sobre la demencia no podremos esclarecer los mecanismos que subyacen en la enfermedad de Alzheimer, su causa principal. 

Desde 1998 se han ensayado 100 medicamentos, de los que tan solo cuatro han recibido autorización y sirven para controlar los síntomas. Sin embargo, aún no se ha logrado diseñar un medicamento eficaz para frenar el avance del alzhéimer ni para revertir el deterioro cognitivo que provoca [1][2][3]. Además del tratamiento farmacológico convencional, el enfermo de alzhéimer precisa de tratamiento no farmacológico, enfocado a mejorar su calidad de vida y a ralentizar durante un tiempo el progreso de la enfermedad gracias a un abanico de terapias combinadas para la estimulación cognitiva y social.

Las líneas de investigación buscan un doble objetivo: identificar los cambios neurológicos tempranos para controlar la enfermedad desde su inicio gracias a un diagnóstico precoz y diseñar tratamientos que controlen la formación de acúmulos de péptidos amiloideos y la disfunción de la proteína tau. Lograr este doble objetivo es algo muy complejo y costoso, tanto para la industria como para investigadores, pacientes y cuidadores. Por ello es necesario poner en marcha programas de investigación interdisciplinar, con participación de organismos públicos y privados, como el que se puso en marcha a escala europea en 2015: el European Prevention of Alzheimer's Disease, (EPAD).  Se trata de diseñar fármacos para hacer frente a la pérdida del «cableado» entre las neuronas que provoca la pérdida de memoria en los pacientes, pero también debe enfocarse a evitar la muerte de las propias neuronas.

A escala nacional, el Instituto Cajal contribuye al esfuerzo investigador través de su programa de investigación puntera dedicado a los trastornos del cerebro, con 17 equipos de científicos centrados en el estudio de enfermedades como el alzhéimer, la epilepsia, el párkinson o la esclerosis múltiple. 

La buena noticia es que una higiene de vida saludable es un modo a nuestro alcance para reducir el riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer. ¡Anímate a cuidar tus sinapsis!

adaptado de: https://fpmaragall.org/alzheimer-enfermedad/preguntas-frecuentes-sobre-alzheimer/


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ASOCIACIONES Y FUNDACIONES DE ALZHEIMER

  • Fundación Alzheimer España: http://www.alzfae.org/alzheimer
  • Confederación Española de Alzheimer: https://www.ceafa.es/es
  • Fundaciò ACE, Alzheimer Center Barcelona: https://www.fundacioace.com/es
  • Fundación Pasqual Maragall 
    • web:https://fpmaragall.org/alzheimer-enfermedad/enfermedad-alzheimer/
    • blog: https://blog.fpmaragall.org/
  • Alzheimer Europe, la organización europea que agrupa a 37 asociaciones de 33 países: https://www.alzheimer-europe.org/
  • EPAD (European Prevention of Alzheimer's Disease) es un proyecto de investigación conjunto de entidades europeas públicas y privadas https://ep-ad.org/. Vídeo de presentación: https://www.youtube.com/watch?v=Ec5bei45ko4&t=98s&ab_channel=IMIEPAD
  • Alzheimer's Disease International es la federación internacional de asociaciones de Alzheimer en el mundo: https://www.caeme.org.ar/alzheimer-la-historia-de-una-enfermedad-que-desafia-a-la-ciencia/
  • Alzheimer's Association, en EE. UU. https://www.alz.org/acerca-de-nosotros


FUENTES CITADAS Y NOTAS

[1] ¿Cuáles son los tipos y causas de la demencia? En «Hablemos del Alzheimer — El blog de la Fundación Pasqual Maragall» (mayo de 2021) https://blog.fpmaragall.org/tipos-y-causas-de-demencias?hsLang=es

[2] Informe Mundial sobre el Alzheimer 2018: La investigación de vanguardia sobre la demencia: Nuevas fronteras. Publicado por Alzheimer’s Disease International (ADI), Londres, septiembre de 2018. https://www.alzint.org/u/worldalzheimerreport2018-spanish.pdf En este informe se incluye un glosario de términos relacionados con la Enfermedad de Alzheimer.

[3] La vacuna contra el Alzheimer: ¿qué hay de cierto? En «Hablemos del Alzheimer — El blog de la Fundación Pasqual Maragall» https://blog.fpmaragall.org/vacuna-alzheimer?hsLang=es

[4] Quién es Alois Alzheimer. Fundación Alzheimer España (noviembre de 2015) http://www.alzfae.org/fundacion/164/alois-alzheimer

[5] Alzheimer, la historia de una enfermedad que desafía a la ciencia. Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (septiembre de 2019) https://www.caeme.org.ar/alzheimer-la-historia-de-una-enfermedad-que-desafia-a-la-ciencia/

[6] Tagarelli A, Piro A, Tagarelli G, Lagonia P, Quattrone A. (2006). Alois Alzheimer: a hundred years after the discovery of the eponymous disorder. Int J Biomed Sci. 2006; 2(2):196-204. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3614590/pdf/IJBS-2-196.pdf

[7] Historia del Alzheimer. Cronología de la enfermedad y su investigación. En «Hablemos del Alzheimer — El blog de la Fundación Pasqual Maragall» (junio de 2019) https://blog.fpmaragall.org/historia-del-alzheimer.

[8] Descubre con la UMH: ¿el alzhéimer es hereditario?, por Javier Sáez. UMH Tv https://www.youtube.com/watch?v=O7SN4oXCQsM&t=1s

[9] Claves sobre la enfermedad de Alzheimer. Documento descargable de la Fundación Pasqual Maragall, 15 pp. Extraído de «Hablemos del Alzheimer — El blog de la Fundación Pasqual Maragall» https://blog.fpmaragall.org/ 


 OTROS ENLACES A FUENTES DE INTERÉS


«alzhéimer», escritura correcta. FUNDÉU RAE https://www.fundeu.es/recomendacion/alzheimer-escritura-correcta-1079/

10 mitos sobre la enfermedad de Alzheimer https://fpmaragall.org/noticias/rompemos-mitos-acerca-del-alzheimer-con-motivo-de-la-brain-awareness-week/

Cómo prevenir la EA desde la adolescencia http://www.alzfae.org/actualidad/actualidad-cientifica/1134/como-prevenir-la-ea-desde-la-adolescencia.
   Artículo citado: Chapman BP, Huang A, Peters K, et al. Association Between High School Personality Phenotype and Dementia 54 Years Later in Results From a National US Sample. JAMA Psychiatry. 2020 Feb;77(2):148-154. https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/2752387

Enfermedad de Alzheimer https://infotiti.com/enfermedad-de-alzheimer/

Canal YouTube Cerebrotes, de Clara García. 
¿Dónde se almacenan los recuerdos?: Sinapsis y potenciación a largo plazo (diciembre de 2021)  https://www.youtube.com/watch?v=vTqWh2yYEbk&ab_channel=Cerebrotes

Canal YouTube Sinapsis EMP. 
¿Qué es el alzheimer? (abril de 2016)  https://www.youtube.com/watch?v=WRc1cXJUKoM&ab_channel=SinapsisEMP
Enfermedades neurodegenerativas y demencias https://www.youtube.com/watch?v=XJqT8QRTbF0&ab_channel=SinapsisEMP

Informe Mundial sobre el Alzheimer 2019: Actitudes hacia la demencia. Publicado por Alzheimer’s Disease International (ADI), Londres, septiembre de 2019. https://www.alzint.org/u/WorldAlzheimerReport2019-Spanish-Summary.pdf

Demencia. Centro de prensa de la Organización Mundial de la Salud, 21 de septiembre de 2020 https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dementia

2021 Alzheimer's disease facts and figures. Alzheimers Dement. 2021 Mar;17(3):327-406. https://alz-journals.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/alz.12328 

KISA, Adnan y cols. (2022). Estimation of the global prevalence of dementia in 2019 and forecasted prevalence in 2050: an analysis for the Global Burden of Disease Study 2019. The Lancet Public Health, Vol. 7, february 2022: Lancet Public Health 2022; 7: e105–25 Published Online January 6, 2022 https://doi.org/10.1016/ S2468-2667(21)00249

«Estoy contigo», música y letra de La Oreja de Van Gogh sobre la enfermedad de Alzheimer https://www.letras.com/la-oreja-de-van-gogh-musicas/estoy-contigo/
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