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Instituto Cajal

Se trata del centro de investigación neurobiológica más antiguo de España. Tiene su origen en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundado en 1900 por orden del Rey Alfonso XIII con motivo de la concesión del Premio Moscú a Santiago Ramón y Cajal (1852-1934).

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AS DE ESPADAS: MICROGLÍA, LAS DEFENSORAS DEL TEJIDO NERVIOSO


Presentamos a nuestro As de Espadas: la microglía. Una célula «micro» por su tamaño, pero «macro» por sus poderes de defensa del sistema nervioso central. 

El cerebro cuenta con su propio sistema inmunitario, porque los linfocitos presentes en el torrente sanguíneo que alcanzan cualquier tejido corporal amenazado no pueden traspasar la barrera hematoencefálica para llegar al sistema nervioso central. Aquí es donde entra en juego la microglía, unas células que resultan de un préstamo del sistema inmunitario al sistema nervioso central, en el que se infiltran durante la gestación. Su función principal consiste en reconocer las infecciones y tomar las primeras medidas necesarias con el fin de combatirlas. Unas células muy especiales que descubrimos de la mano de Natalia Yanguas Casás, del Instituto de Investigación Puerta de Hierro-Segovia de Arana.

Como su nombre indica, la microglía es la célula glial más pequeña de nuestro sistema nervioso central. De hecho, es la menor de las células que podemos encontrar en el encéfalo (cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo) y la médula espinal. 

Hasta 1920, las células de la microglía se habían descrito como parte del «tercer elemento» del tejido nervioso, pero a partir de aquel año, el discípulo de Santiago Ramón y Cajal y de Nicolás Achúcarro, Pío del Río-Hortega, decidió que eran células independientes y les puso el nombre con el que las conocemos hoy [1]. En 1925, Ramón y Cajal escribía:
«Se debe a Pío del Río-Hortega el mérito de haber encontrado un método especial capaz de mostrar completamente, hasta sus más finas ramificaciones, la microglia cerebral normal y patológica. Gracias a esta preciosa contribución técnica, aplicable al hombre y a los mamíferos, se ha demostrado que las Stäbchenzellen, las células «intersticiales» de Achúcarro y todos los corpúsculos repletos de granulaciones, conocidos con los nombres de Gitterzellen, Füllzellen y Abräumzellen, no son más que simples variedades de la microglia normal que estaría dotada de una facultad de emigración y un poder fagocitario sorprendente.» [2]

Los seres humanos tenemos casi tantas células de microglía como neuronas en el encéfalo, aunque su número varía según si hablamos de unas condiciones fisiológicas, de inflamación, o patológicas. No se distribuyen de manera uniforme, sino que la proporción de microglía en las diferentes regiones cerebrales oscila entre el 0,5 % y el 16,6 % del total de células [3].

Se trata de unas células gliales muy versátiles, ya que tanto su forma como su estructura y distribución en el sistema nervioso varían según las funciones que estén desarrollando en cada momento, el lugar en el que se encuentren y las señales químicas que reciban de las células que las rodeen (ya sean estas otras células gliales, neuronas o infiltrados de células ajenas al sistema nervioso en situaciones patológicas). Se trata por lo tanto de unas células muy dinámicas. 

Cada uno de los estados diferentes de la microglía se conoce en nuestro campo de la neurociencia como «fenotipo». Aunque hay muchos fenotipos diferentes, al microscopio se pueden diferenciar dos tipos de células simplemente por la forma que tienen: células activadas (microglía reactiva) y células en reposo (microglía no reactiva).

Imágenes de microscopía confocal de células de microglía (color verde) con sus fenotipos no reactivo (a la izquierda) y reactivo (a la derecha)
(fuente: https://youtu.be/1SZ2HVnGwIk?list=PLEU_4DYTRsCHPRnT2mlufUmpb_J0KlwmY&t=1623)


Perfiles de activación de la microglía. Dependiendo del estímulo, la microglía puede adquirir diferentes tipos de activación y, por lo tanto, tendrá diversas funciones.

En reposo, las células de la microglía tienen una zona central redondeada, de la que salen múltiples proyecciones, que parecen las patitas de una araña. Sin embargo, cuando las células de la microglía se activan (se vuelven reactivas), esas proyecciones desaparecen y la parte central se hace más grande, tomando forma como de huevo frito [4].

En realidad, las células de la microglía no son células nerviosas (como las neuronas, los astrocitos o los oligodendrocitos), sino que son células del sistema inmunitario (derivan de las células precursoras de la médula ósea, de origen mesodérmico) que se infiltran en el cerebro y en la médula espinal durante el desarrollo embrionario. ¿Para qué? Pues para estar lo más cerca posible de los peligros que puedan dañar el sistema nervioso central y, en el caso de que aparezcan, responder rápidamente a cualquier perturbación del sistema. 

En condiciones fisiológicas las células de la microglía están todo el rato «escaneando» el ambiente que las rodea con unas prolongaciones que extienden y retraen para comprobar que las células que tienen alrededor se encuentran en un estado óptimo. Se calcula que recorren el cerebro en unas seis horas. Estas proyecciones también les permiten establecer contacto con diferentes sinapsis entre neuronas para comprobar que funcionan. 

En el caso de que las células no estén en estado óptimo o que las sinapsis no funcionen, las células de la microglía sufren diferentes grados de activación en los que su forma va cambiando y las prolongaciones se van acortando, hasta llegar al estado de máxima activación en el que toman una forma redondeada y sin proyecciones (como un huevo frito). En este estado es cuando pueden ejercer funciones de macrófago para eliminar los detritus (debris) celulares y las neuronas muertas del tejido nervioso, gracias a un proceso que se llama «fagocitosis» y que no es otra cosa que «comerse» esos restos. Estos cambios, que somos capaces de ver en las formas, son el espejo de lo que está pasando dentro de la microglía y de su estado funcional [5]

Ante cualquier perturbación del ambiente que rodea a las células de la microglía, estas responden inicialmente liberando sustancias químicas que tienen dos funciones: eliminar la perturbación y atraer a otras células a la zona en la que está sucediendo el problema, para poder hacerle frente. Este proceso se conoce como «neuroinflamación».

Generalmente, la neuroinflamación es un proceso de corta duración, en el que se elimina aquello que está alterando la homeostasis (mantenimiento de la composición y propiedades del medio interno de un organismo) y las células de microglía fagocitan los restos, liberan sustancias antiinflamatorias (que eliminan la inflamación), y vuelven a su estado de reposo. 

La llamada «poda de sinapsis» ocurre cuando las células de la microglía detectan que hay contactos entre neuronas que no están funcionando o que son redundantes, y deciden fagocitarlos para que la información fluya de una manera más eficiente y no se pierda en conexiones inútiles. El objetivo de la poda sináptica es por lo tanto lograr una conexión precisa de los circuitos cerebrales.

Todas las células de microglía expresan en su superficie unos receptores que podemos usar para marcarlas y verlas en un microscopio. Los más usados son Iba-1 y CD11b, pero además de estos marcadores, hay otros que sirven para reconocer cada uno de los fenotipos de la microglía. Estos otros marcadores pueden ser: receptores de membrana (por ejemplo para ver aquellas que fagocitan más, o las que interaccionan más con otras células), enzimas de dentro de la célula (que dan idea de qué rutas bioquímicas —proinflamatorias o antiinflamatorias— se están activando ante una situación determinada), u otras sustancias químicas (como por ejemplo marcadores de senescencia que nos van a decir si las células funcionan bien o no). En conjunto, todos estos marcadores son los que nos van a permitir saber qué es lo que está pasando.

En situaciones patológicas, cuando estudiamos la región afectada, generalmente se encuentran varios fenotipos de microglía en la misma zona. Es decir, que vemos microglía proinflamatoria, cuya finalidad es eliminar el daño, y microglía antiinflamatoria, cuya finalidad es controlar y resolver la inflamación antes de que sea dañina para el tejido nervioso. En situaciones patológicas, a medida que la enfermedad progresa, hay un desequilibrio de estos fenotipos y la respuesta de la microglía deja de ser eficiente. Aparece entonces con mayor frecuencia el fenotipo proinflamatorio o un fenotipo senescente que no responde.

Se ha visto que la microglía es esencial en el desarrollo del sistema nervioso humano, ya que en estas etapas iniciales, la división celular se produce en oleadas donde es crucial eliminar las células sobrantes para que todas las estructuras nerviosas que conocemos en el sistema nervioso adulto se formen y funcionen de manera adecuada. De hecho, se ha observado que un mal funcionamiento de la microglía en estas etapas podría estar relacionado con la aparición de enfermedades como trastornos del espectro autista y de la conducta en niños.

Funciones de la microglía
 (dibujos de células de microglía: Natalia Yanguas Casás)

La microglía también juega un papel crucial en todas las enfermedades neurodegenerativas, ya que en su mayoría van acompañadas de neuroinflamación.

Como hemos explicado antes, la neuroinflamación es un proceso fisiológico cuya finalidad es la de hacer frente a alguna perturbación del medio para proteger al individuo. Sin embargo, si este proceso no se resuelve y se vuelve crónico, los mediadores inflamatorios que liberan las células de microglía activan a otras células (como los astrocitos, microglía e incluso células que hayan sido reclutadas de fuera del sistema nervioso) y se generan situaciones tóxicas que pueden llevar a la muerte celular. Además, a medida que envejecemos, la microglía se puede volver senescente y convertirse en incapaz de resolver con la misma eficiencia que en etapas más jóvenes las alteraciones que percibe en su entorno.

En enfermedades como la esclerosis múltiple, además del proceso de neuroinflamación crónica se ha descrito una fagocitosis deficiente de la mielina por parte de las células de microglía, lo que genera un proceso de retroalimentación inflamatoria que es cada vez más difícil de resolver, hasta que llega un punto en el que el sistema no puede hacer frente a la situación y la enfermedad progresa [6].

Algo similar ocurre también en la enfermedad de Alzheimer, en la que se ha encontrado que la microglía se concentra alrededor de las placas de amiloide [7], y que se activa y se divide en esas zonas, pero no es capaz de fagocitar las placas y eliminarlas [8].

En el caso de la enfermedad de Parkinson, los déficits en la respuesta microglial afectan al desarrollo de la enfermedad por el proceso de inflamación y una fagocitosis deficiente de la α-sinucleína, entre otros [9].

También se sabe que ciertas alteraciones en las funciones de la microglía que llevan a la aparición de sinapsis aberrantes contribuyen a la patofisiología de la epilepsia [10].

Estos son sólo algunos ejemplos de enfermedades en los que alteraciones en las respuestas de la microglía contribuyen a su desarrollo. Pero como os hemos dicho, están implicadas en todas ellas, ya que controlan la neuroinflamación, la fagocitosis y la formación de sinapsis.

¿Sabíais antes de leer esto lo esencial que es esta célula para que nuestro cerebro funcione de manera adecuada?

Pues, si te ha picado la curiosidad, aquí tienes más enlaces para seguir aprendiendo

NOTAS Y FUENTES CITADAS

[1] A principios del siglo XX, los trabajos y tinciones utilizadas por Ramón y Cajal y Achúcarro permitían distinguir en la neuroglía astrocitos protoplasmáticos de la sustancia gris (glía de radiaciones cortas), astrocitos fibrosos (glía de radiaciones largas) y un «tercer elemento» (en terminología de Cajal) que no se conseguía distinguir con precisión, conformado por «elementos adendríticos».  Pío del Río-Hortega consiguió mejorar las técnicas de tinción que había aprendido con Achúcarro, gracias al método del carbonato argéntico, y vio mucho más que sus maestros; lo publicó en un trabajo de 1919 en el que acuñó el término «microglia», cuyo título es muy significativo: «El tercer elemento de los centros nerviosos. I La microglia normal. II Intervención de la microglia en los procesos patológicos. (Células en bastoncito y cuerpos granulo-adiposos). III Naturaleza probable de la microglia», Bol. Soc. Esp. Biol., 9, 69-129. En: CORTÉS GABAUDAN, Francisco (2009). Microglía, una aportación española del siglo XX al vocabulario médico. Panace@. Vol. X, n.º 29. Primer semestre, 2009 https://www.tremedica.org/wp-content/uploads/n29_entrermeses-Gabaudan2.pdf

[2]Trabajos del laboratorio de Investigaciones Biológicas, 23 (1925): 157-216].

[3] LAWSON, L.J., V.H. PERRY, S. GORDON (1992). Turnover of resident microglia in the normal adult mouse brain. Neuroscience, Volume 48, Issue 2, 1992: pp. 405-415 https://doi.org/10.1016/0306-4522(92)90500-2

[4] LAWSON, L.J., V.H. PERRY, P. DRI and S. GORDON (1990). Heterogeneity in the distribution and morphology of microglia in the normal adult mouse brain. Neuroscience. 1990;39(1):151-70. https://doi.org/10.1016/0306-4522(90)90229-W

[5]  DAVIS, E.J., T.D. FOSTER and W.E. THOMAS (1994). Cellular forms and functions of brain microglia. Brain Res Bull. 1994;34(1):73-8. https://doi.org/10.1016/0361-9230(94)90189-9

[6] GUERRERO BROOKE, L. and Nancy L. SICOTTE (2020). Microglia in Multiple Sclerosis: Friend or Foe?  Frontiers in Immunology, vol. 11,

[7] Las placas amiloides son el resultado de la acumulación de una proteína en el espacio extraneuronal característico de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer impidiendo una correcta conexión entre las neuronas y provocando su degeneración. 

[8] HANSEN, David V., Jesse E. HANSON and Morgan SHENG (2018). Microglia in Alzheimer's disease. J. Cell Biol (Special Collection: Neurogeneration and neuroinflammation) vol 217 (2): 459-472 https://doi.org/10.1083/jcb.201709069

[9] HO MS. (2019). Microglia in Parkinson’s Disease. In: Verkhratsky A., Ho M., Zorec R., Parpura V. (eds) Neuroglia in Neurodegenerative Diseases. Advances in Experimental Medicine and Biology, vol 1175. Springer, Singapore. https://doi.org/10.1007/978-981-13-9913-8_13

[10] VICTOR TR and SE. TSIRKA (2020). Microglial contributions to aberrant neurogenesis and pathophysiology of epilepsyNeuroimmunol. Neuroinflammation 2020;7:234-47. http://dx.doi.org/10.20517/2347-8659.2020.02

OTROS ENLACES y dOCUMENTOS 

Canal YouTube Instituto Cajal
    Neurociencia para dummies, Natalia Yanguas Casás.
https://youtu.be/1SZ2HVnGwIk?list=PLEU_4DYTRsCHPRnT2mlufUmpb_J0KlwmY&t=1623

Blog Células Gliales
    Microglía https://celulasgliales.com/microglia/

Canal YouTube Sinapsis EMP
    Microglía Https://Www.Youtube.Com/Watch?V=-AV8BJXhyDU
    Fagocitosis y Presentación De Antiígenos Https://Www.Youtube.Com/Watch?V=MFVcJur-D-S


CRESPO CASTRILLO, Andrea (2019). Efecto del esteroide sintético tibolona sobre la gliosis reactiva. Tesis doctoral del Departamento de Farmacología de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigida por el Dr. Luis Miguel García Segura y la Dra. María Ángeles Arévalo Arévalo (Instituto Cajal, CSIC) http://hdl.handle.net/10486/690490

DEL RÍO-HORTEGA, Pío (1919). Coloración rápida de tejidos normales y patológicos con carbonato de plata amoniacal.  Trabajos del Laboratorio de Histopatología de la Junta para la Ampliación de Estudios n.º 7. Boletín de la Sociedad Española de Biología, Vol. XI, fascículo 1.  Publicado en la revista Arbor (CSIC) CLXXXI 714, julio-agosto 2005: pp. 235-243 https://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/432/434

DEL RÍO-HORTEGA, Pío (1924). Lo que debe entenderse por Tercer Elemento de los centros nerviosos. Boletín de la Sociedad Española de Biología, Vol. XI, fascículo 1.  Publicado en la revista Arbor (CSIC) CLXXXI 714, julio-agosto 2005: pp. 245-248

MEDEROS CRESPO, Sara (2019). Comunicación astrocito-interneurona y el procesamiento de la información en las redes neuronales. Tesis Doctoral dirigida por la Dra. Gertrudis PEREA PARRILLA, del Instituto Cajal (CSIC). Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. 198 pp. https://digital.csic.es/handle/10261/210592 

PÉREZ CAPOTE, Kamil (2006). Respuesta de las células gliales al daño neuronal in vitro. Introducción (55 pp). Tesis Doctoral. Universitat de Barcelona. https://digital.csic.es/bitstream/10261/91949/4/1_INTRODUCCION.pdf 

SIERRA, Amanda, PAOLICELLI Rosa C., and KETTENMANN H. (2019). Cien años de Microglía: Milestones in a Century of Microglial Research. Trends in Neurosciences, November, Vol. 42, No. 11, pp. 778-792. https://doi.org/10.1016/j.tins.2019.09.004

KETTENMANN, H. U.K. HANISCH, M. NODA & A. VERKHRATSKY (2011). Physiology Of Microglia. Physiological Reviews, 91(2), 461-553. https://doi.org/10.1152/physrev.00011.2010

MARTÍNEZ TAPIA, Ricardo Jesús, Francisco ESTRADA-ROJO, Alonso Alejndro HERNÁNDEZ-CHÁVEZ, Antonio BARAJAS MARTÍNEZ, Santiago ISLAS ESCOTO, Luz NAVARRO Y Anahí CHAVARRÍA (2018). Neuroinflamación: El Ying-Yang De La Neuroinmunología. Revista De La Facultad De Medicina (México), 61(5), 44-53. Http://Www.Scielo.Org.Mx/Scielo.Php?Script=Sci_arttext&Pid=S0026-17422018000500044&Lng=Es&Tlng=Es.

NAKAJIMA, K. & S. KOHSAKA (2001). Microglia: Activation And Their Significance In The Central Nervous SystemThe Journal Of Biochemistry, 130(2), 169-175. https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.jbchem.a002969

YANGUAS CASÁS, Natalia (2015). Efecto del tauroursodeoxicolato en la regulación de la neuroinflamación aguda. Tesis Doctoral , de acuerdo al trabajo realizado bajo realizada bajo la dirección del Dr. Lorenzo Romero Ramírez y el Prof. Manuel Nieto Sampedro en el Dpto. de Neurobiología Funcional y de sistemas del Instituto Cajal (CSIC), Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Departamento de Bioquímica, Biología Molecular, Biomedicina y Biotecnología. 187 pp.

Y PARA COMPROBAR SI HAS COMPRENDIDO BIEN TODO LO QUE TE HEMOS CONTADO SOBRE LA MICROGLÍA, aquí tienes un pequeño cuestionario interactivo.



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AS DE BASTOS. OLIGODENDROCITOS PRODUCTORES DE MIELINA


Presentamos el As de Bastos de la neurobaraja: el oligodendrocito, una célula glial muy enrollada, especialista en recubrimiento de axones neuronales con mielina aislante y protectora que, cuando falta, pintan bastos.

 

Los oligodendrocitos son un tipo de células gliales que pertenecen a la macroglía. En entradas anteriores ya vimos que la neuroglía desempeña una serie de funciones fundamentales estructurales, metabólicas y moduladoras de la actividad de las neuronas.

En el Laboratorio de Redes Neurogliales del Instituto Cajal, Sara Mederos Crespo nos recuerda que ya en 1909 Ramón y Cajal en su «Histologie du systeme nerveux de l'homme et des vertébrés» nombraba las células de la glía y les otorgaba un papel mucho más destacado en la función cerebral que las de relleno y soporte trófico inicialmente atribuidas por Rudolph Virchow en 1846 [1]. 

Las células de glía engloban varios tipos celulares que se pueden diferenciar en dos grupos: microglía y macroglía. La microglía se encarga principalmente de la reacción inmunológica dentro del sistema nervioso central (y a ella le dedicaremos la entrada del As de Espadas), mientras que el variado grupo de células de la macroglía (que incluye astrocitos, ependimocitos, oligodendrocitos y células de Schwann) se encarga de diversas funciones. 


Los oligodendrocitos forman vainas aislantes de mielina alrededor de los axones neuronales en el sistema nervioso central (SNC), mientras que esto mismo hacen las células de Schwann en el sistema nervioso periférico (SNP). En el organismo adulto, los oligodendrocitos sintetizan y mantienen las vainas de mielina que recubren los axones neuronales, facilitando la rapidez de la propagación del impulso nervioso de modo «saltatorio»La mielina (compuesta en un 70 % de lípidos y en un 30 % de proteínas) aumenta la velocidad de impulso y disminuye la capacitancia de la membrana axonal, por lo que optimiza la transmisión nerviosa. A modo de comparación, en los mamíferos un axón mielinizado conduce el impulso nervioso a una velocidad entre 50 y 100 metros por segundo [9], mientras que en los no mielinizados la velocidad se reduce drásticamente hasta un metro por segundo. Además, el recubrimiento de mielina permite que los axones sean mucho más finos que si no estuvieran mielinizados: en los seres humanos, el nervio óptico mielinizado tiene un diámetro de unos 6 mm, mientras que para conducir la información a la misma velocidad sin estar mielinizado necesitaría tener un diámetro ¡de unos 75 cm! [10]

Mientras que un oligodendrocito puede extender sus prolongaciones (procesos) para envolver de mielina hasta 50 axones, en los nervios del sistema nervioso periférico los axones están recubiertos por una sucesión de células de Schwann, en los que una célula rodea a un único axón. 

Vaina de mielina en un nervio periférico vista al microscopio electrónico 

El término oligodendrocito, que etimológicamente significa «glía poco ramificada», fue introducido en 1921 por el neurólogo español Pio del Río-Hortega, brillante discípulo de Santiago Ramón y Cajal y de Nicolás Achúcarro, otro destacado neuropatólogo de la escuela de Ramón y Cajal. 

Los oligodendrocitos se caracterizan por:
  • Ser particularmente abundantes en los centros nerviosos (por ejemplo, son muy abundantes en el cuerpo calloso), formando sobre todo hileras paralelas a las fibras nerviosas en la sustancia blanca, y agrupaciones alrededor de las neuronas en la sustancia gris.
  • Tener un núcleo redondo, voluminoso y denso.
  • Presentar escasas ramificaciones del citoplasma, generalmente finas y con pocas granulaciones (gliosomas) en el interior del citoplasma.
  • Enrollarse alrededor de las fibras nerviosas de la sustancia blanca.
Por su localización y características, los oligodendrocitos pueden ser de tres tipos [2]:
  • Los  oligodencrocitos satélites, muy pequeños (10 µm) y solo presentes en la materia gris. Como rodean al cuerpo de la neurona, se supone que participan en el buen funcionamiento neuronal, pero aún se ignoran muchas cosas de ellas.
  • Los oligodendrocitos interfasciculares, de tamaño algo mayor (20 µm) y con un núcleo muy voluminoso en los adultos. Se localizan en la materia blanca, donde corren paralelos a lo largo de los axones que mielinizan y mantienen mielinizados.
  • Los oligodendrocitos intermedios se encuentran tanto en la materia gris como en la blanca. Se piensa que puede tratarse de células precursoras de los oligodendrocitos interfasciculares y satélites.
Además de producir y mantener las vainas de mielina y regular la función de los axones, parece que también estarían implicados en el control del ambiente iónico, referido sobre todo al transporte de agua y cloro [2] y a la regulación de la expresión de los canales de sodio y potasio.

Desde el punto de vista metabólico, recordemos que los astrocitos nutren a la neurona, sintetizan y reciclan neurotransmisores y participan en la reparación y modulación de la actividad neuronal y sináptica. Los oligodendrocitos generan la vaina de mielina, contribuyen a la señalización y crecimiento de las neuronas y colaboran en su nutrición y mantenimiento. Todas estas funciones están sintetizadas en este diagrama [1]:
IZQUIERDA: Redes neuro-gliales: unidades de señalización en el cerebro [1]. DERECHA: Funciones de los oligodendrocitos, que  generan la vaina de mielina, contribuyen a la señalización y crecimiento de neuronas y ayudan a la nutrición y mantenimiento de las mPor su parte, la microglía juega un importante papel en la respuesta inmune del SNC.  https://digital.csic.es/handle/10261/210592

La historia del descubrimiento de los oligodendrocitos comienza a principios del siglo XX, en un momento en el que la investigación en neurociencia se enfrentaba a varias dificultades, derivadas entre otras cosas de que cada laboratorio tenía sus propias técnicas para teñir los tejidos nerviosos; de la confusión terminológica resultante; de la mezcla de palabras en alemán, francés o español empleadas en las publicaciones científicas de la época, o de la dificultad de compartir reactivos, recetas o preparaciones microscópicas entre distintos equipos investigadores. En este contexto, las ilustraciones científicas tan bellas y precisas de Pío del Río-Hortega, acompañadas de textos con las descripciones sistemáticas de las células en distintas condiciones experimentales permitieron comparar los resultados obtenidos y le llevaron a identificar los tres principales tipos de células gliales del cerebro: astrocitos, oligodendrocitos y microglía [3].

Pío del Río-Hortega siempre se interesó por las técnicas de impregnación metálica de Golgi mejoradas por Cajal (con nitrato de uranio o cloruro de oro sublimado) y Achúcarro (a base de tanino y plata amoniacal). Creó cuatro variantes de la técnica de Achúcarro para identificar los astrocitos protoplásmicos y fibrosos que eran el «segundo elemento» que acompañaba a las neuronas (o «primer elemento»). Sin embargo, estos métodos histológicos solo teñían parcialmente el resto de células gliales del sistema nervioso central, muy abundantes en la sustancia blanca del cerebro, y que al microscopio se veían como células pequeñas, sin ramificaciones (adendríticas). Río-Hortega siguió investigando nuevas técnicas de tinción para averiguar la verdadera naturaleza de lo que Ramón y Cajal había llamado «tercer elemento», hasta que puso a punto el método del carbonato de plata amoniacal. Pudo así demostrar que  el tercer elemento cajaliano, correspondía a 2 tipos celulares: la microglía (o células de Hortega) y la oligodendroglía [3][4][5]. 

A partir de 1921, el método del carbonato de plata y una variante del método de Golgi sin osmio le permite a Río-Hortega estudiar esas células poco ramificadas pero muy abundantes en la sustancia blanca que inicialmente denominó «glía interfascicular» y más tarde oligodendroglía. 

o-Hortega fue precursor en el conocimiento de los oligodendrocitos y, a pesar de la gran variabilidad de los resultados que obtenía con sus métodos de teñido, intuyó su relación con el recubrimiento de mielina de los axones. En 1922 apuntó que la función de los oligodendrocitos en el sistema nervioso central era similar a la de las células de Schwann en el sistema nervioso periférico: producir la vaina de mielina que protege y aísla los elementos transmisores de las neuronas axones, aunque la demostración tuvo que esperar al desarrollo en la década de los 60 de la microscopía electrónica [6].

Actualmente se utilizan distintas técnicas inmunocitoquímicas para identificar los oligodendrocitos  gracias a un abanico de anticuerpos contra marcadores de superficie e  intracelulares, y a las técnicas de microscopia e inmunomicroscopía electrónicas y tomografía electrónica tridimensional [6][7], porque los oligodendrocitos todavía guardan muchos secretos. En el ámbito de las enfermedades desmielinizantes, la investigación fundamental es la base sobre la que deben apoyarse los progresos terapéuticos dirigidos tanto a impedir la desmielinización como a favorecer la remielinización.

Al tener una capacidad de regeneración limitada, los oligodendrocitos son el tipo celular más vulnerable y los primeros elementos nerviosos que degeneran en las enfermedades del sistema nervioso central.  En el cerebro adulto de un ser humano, existe entre un 5 % y un 8 % de células llamadas precursoras de oligodendrocitos (OPC, por sus siglas en inglés), capaces de producir oligodendrocitos inmaduros que migran siguiendo rutas muy concretas y orquestadas químicamente hasta el lugar en el que devienen oligodendrocitos maduros mielinizantes, capaces de remielinizar la zona lesionada. Se calcula que una tasa de remielinización del 12 % logra una mejora significativa de los síntomas debidos a la desmielinización. En organismos sanos, esta capacidad de regeneración resulta suficiente, pero no en situación de enfermedad. Por eso, en el Instituto Cajal se siguen líneas de investigación punteras que buscan identificar señales celulares que se puedan explotar, por ejemplo a través de fármacos que hagan que un tipo de células evolucione hacia el tipo de células capaces de favorecer la remielinización [9][10]. 

¿Te ha picado la curiosidad y quieres saber más?

FUENTES CITADAS

[1] MEDEROS CRESPO, Sara (2019). Comunicación astrocito-interneurona y el procesamiento de la información en las redes neuronales. Tesis Doctoral dirigida por la Dra. Gertrudis PEREA PARRILLA, del Instituto Cajal (CSIC). Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. 198 pp. https://digital.csic.es/handle/10261/210592 

[2] PÉREZ CAPOTE, Kamil (2006). Respuesta de las células gliales al daño neuronal in vitro. Introducción (55 pp). Tesis Doctoral. Universitat de Barcelona. https://digital.csic.es/bitstream/10261/91949/4/1_INTRODUCCION.pdf 

[3] SIERRA, Amanda, PAOLICELLI Rosa C., and KETTENMANN H. (2019). Cien años de Microglía: Milestones in a Century of Microglial Research. Trends in Neurosciences, November, Vol. 42, No. 11, pp. 778-792. https://doi.org/10.1016/j.tins.2019.09.004

[4 ] DEL RÍO-HORTEGA, Pío (1919). Coloración rápida de tejidos normales y patológicos con carbonato de plata amoniacal.  Trabajos del Laboratorio de Histopatología de la Junta para la Ampliación de Estudios n.º 7. Boletín de la Sociedad Española de Biología, Vol. XI, fascículo 1.  Publicado en la revista Arbor (CSIC) CLXXXI 714, julio-agosto 2005: pp. 235-243

[ 5] DEL RÍO-HORTEGA, Pío (1924). Lo que debe entenderse por Tercer Elemento de los centros nerviosos. Boletín de la Sociedad Española de Biología, Vol. XI, fascículo 1.  Publicado en la revista Arbor (CSIC) CLXXXI 714, julio-agosto 2005: pp. 245-248

[6] FARIÑA GONZÁLEZ, Juliana y ESCALONA ZAPATA, J. (2010). La obra de Pío del Río-Hortega y sus consecuencias en la neuropatología https://pio-del-rio-hortega.blogspot.com/ 

[7] DOMÍNGUEZ, Raúl O. (2016). Prof. Pío del Río-Hortega: de la oligodendroglia a la desmielinización-remielinización. Historia previa y el exilio en la Argentina 1940-1945. Neurología Argentina, Vol. 8. Núm. 1, pp. 61-64 (enero-marzo) http://dx.doi.org/10.1016/j.neuarg.2015.04.002   

[8] PÉREZ CERDÁ, Fernando, Mª Victoria SÁNCHEZ GÓMEZ y Carlos MATUTE (2015). Pío del Río-Hortega and the discovery of the oligodendrocytes. Frontiers in Neuroanatomy, Volume 9 (july 2015), Article 92  https://doi.org/10.3389/fnana.2015.00092

[9] DE CASTRO SOUBRIET, Fernando. Precursores de oligodendrocitos (EM en línea, mayo 2016) https://www.youtube.com/watch?v=7X_RxZGW9wk&t=35s

[10] Terapias remielinizantes Canal Sinapis EMP - YouTube https://www.youtube.com/watch?v=oJKLripB9Os

OTROS ENLACES 

Canal YouTube Instituto Cajal
NEUROCIENCIA PARA DUMMIES, con Natalia Yangüas Casás.

El diccionario del cerebro. Canal YouTube Cerebrotes, de Clara García 


JÄKEL, Sarah and Leda DIMOU (2017). Glial Cells and Their Function in the Adult Brain: A Journey through the Histroy of Their Ablation. Frontiers in Cellular Neuroscience. February 2017, vol. 11, num. 24. https://doi.org/10.3389/fncel.2017.00024

¿TE APETECE COMPROBAR LO QUE SABES SOBRE ASTROCITOS Y OLIGODENDROCITOS?Pues aquí tienes una serie de preguntitas. ¡Suerte!









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SOTAS DE COPAS, BASTOS Y ESPADAS: EL LADO FEMENINO DE LA NEUROCIENCIA


 

Presentamos las Sotas de Copas, Bastos y Espadas: seis perfiles científicos femeninos que ilustran la variedad de facetas de la neurociencia y la modernidad de la investigación al estilo de Cajal. Seis mujeres con trayectorias e inquietudes bien distintas, cuyos destinos se cruzaron en algún momento con los de Cajal o alguno de sus discípulos. Entrevistamos a Fernando de Castro Soubriet para conocerlas.

El camino que permitiría obtener el primer bachillerato y posteriormente el acceso a la Universidad a las primeras estudiantes se inició en Europa, y sobre todo en Inglaterra y Francia, a partir de los años setenta y ochenta del siglo XIX. Un proceso que se prolongaría hasta los primeros años del siglo XX, cuando se estableció de manera progresiva el acceso legal de la mujer a la enseñanza superior en los diferentes países de nuestro continente [1]. Los estudios de medicina fueron los más escogidos, de modo que en cuestión de feminización universitaria a finales del siglo XIX, esta fue la disciplina pionera.


En España, las mujeres solo accedieron con autorización ministerial a la enseñanza  privada en 1888 y a la oficial en 1910, pero eso no impidió que en 1882 obtuvieran el doctorado en Medicina las primeras españolas, Dolors Aleu Riera y Martina Castells [2]. Las mujeres fueron poco a poco incorporándose a la enseñanza superior universitaria, y durante el primer tercio del siglo XX había en España 289 mujeres que habían terminado carreras de ciencias. Es muy probable que fueran  conocidas y reconocidas en su época, aunque luego la corriente principal de la herencia histórica no se haya hecho eco de sus perfiles y muchas se olvidaran con el paso de los años [3].  Los trabajos de 2019 y 2021 publicados en la revista Frontiers in Neuroanatomy [4: The Women Neuroscientists in the Cajal School][5: Women Neuroscientit Disciples of Pío del Río-Hortega: the Cajal School Spreads in Europe and South America], centrados en un puñado de mujeres que compartieron espacio y tiempo con Santiago Ramón y Cajal o con alguno de sus discípulos,  rescatan del olvido algunos de estos perfiles femeninos. 

Pero, ¿quiénes fueron esas pioneras que trabajaron en la Escuela Neurológica Española? 

Las sotas de la neurobaraja que os traemos esta semana son un reflejo de la multiplicidad de perfiles que tienen cabida en la ciencia en general, y por lo tanto, también en la investigación neurocientífica: médicos, preparadoras (como se llamaba entonces a las técnicos de laboratorio), traductoras, ilustradoras o bibliotecarias, todas ellas colaboraron de un modo u otro en la producción científica de los laboratorios donde trabajaron coincidiendo con Cajal o con alguno de sus discípulos. 

La investigación científica es un trabajo de equipo que requiere observación, reflexión, control y recogida de muchísimos datos en experimentos de todo tipo.  El conocimiento científico datos, leyes, relaciones, teorías, nuevos métodos—  es fruto de un complicado proceso en el que quienes investigan deben rodearse de una serie de perfiles de apoyo con los que trabajar en sintonía. Tenemos sin embargo tendencia a olvidarnos de los méritos de estos hombres y mujeres indispensables que formaron parte de un equipo investigador, aunque permanecieran en la sombra. Tomando el símil de los tejidos nerviosos podríamos imaginar a las figuras científicas como las neuronas, rodeados de hombres y mujeres que, como las células de la glía, desempeñan un sinfín de roles poco o nada visibles, pero esenciales para lograr la sinapsis y la transmisión del impulso nervioso con las que podríamos comparar el éxito científico atribuido al investigador protagonista. 

A principios del siglo XX, estas labores de apoyo a la investigación estaban muy asociadas con las mujeres,  y el Laboratorio de Investigaciones Biológicas de Cajal no fue la excepción, porque contó con preparadoras encargadas de preparar las muestras histológicas y, en ciertos casos, como el de Asunción Amo del Río o el de la bibliotecaria Enriqueta (Ketty) Levy, también jugaron un papel esencial como traductoras de los trabajos científicos al inglés para Pío del Río-Hortega (en el caso de Asunción) o al alemán para Cajal y sus discípulos en la escuela en Madrid (en el caso de Enriqueta). Como vimos la semana pasada, otras preparadoras resultaron ser magníficas ilustradoras.

Desde su creación en 1901, el Laboratorio de Investigaciones Biológicas de Cajal fue un modelo de trabajo en equipo, donde en dos o tres décadas el maestro creó una escuela con figuras de talla internacional capaces de robustecer la masa científica necesaria para lograr productividad. Cajal convirtió su laboratorio de Madrid en un referente que atrajo a hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, para formarse en las técnicas histopatológicas. Entre sus colaboradores no hizo distinción por títulos ni sexo, sino por su talante y aptitudes investigadoras. Un buen ejemplo lo tenemos en la preparadora Manuela Serra, a la que Cajal brindó la oportunidad de firmar un artículo, publicado en su revista Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Madrid, titulado Notas sobre las gliofibrillas de la neuroglía de la rana, a pesar de no contar con estudios de ciencias ni título universitarios [4][6]. 

Mujeres de la neurociencia (el cuadro de Manuela Serra es obra de la  neurocientífica y pintora Susanna Carmona)

Cajal fue también un modelo para las pioneras que estudiaron medicina a finales del siglo XIX y principios del XX y no dudó en brindarles apoyo durante su carrera. Un apoyo que materializó acogiéndolas para trabajar con él mismo, como fue el caso de la británico-australiana Laura Forster, o con su equipo de discípulos, como ocurrió con María Soledad Ruiz-CapillasMaría Luisa Herreros o Dorothy Russell [4][5]. Cajal se preocupó además por apoyar cualquier carrera científica española, tanto de hombres como de mujeres. Prologó así el libro Higiene del embarazo y de la primera infancia que publicó en 1907 su ex-alumna de la facultad de medicina, Manuela Solís y Clarás, convertida en una destacada doctora en Medicina y Cirugía que, el mismo año que Cajal recibió su Nobel (1906), fue elegida miembro de la Sociedad Española de Ginecología en reconocimiento a su trayectoria científica y social en favor de la salud pública [1].

En la neurobaraja, junto a las ilustradoras que os presentamos la semana pasada como Sotas de Oros, las Sotas de Bastos están encarnadas por Manuela Serra y Asunción Amo del Río porque, como los oligodendrocitos que ilustran, supieron tejer una red de apoyo científico a Cajal la primera, y a Pío del Río-Hortega la segunda. Laura Forster y Dortohy Russell son nuestras Sotas de Espadas, dos médicas extranjeras que lucharon por defender la salud de los heridos de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, respectivamente. Las Sotas de Copas están representadas por dos mujeres que las merecen, pues tras sus trabajos en histología y patología con los discípulos de Cajal (Gonzalo Rodríguez Lafora y Fernando de Castro Rodríguez), Mª Soledad Ruiz Capillas fue la primera mujer que dirigió un balneario y Mª Luisa Herreros destacó en el campo de la neuropsiquiatría y cofundó la Asociación Española de Psicoanálisis [4, 7].

Para iluminar el lado femenino de la neurociencia entrevistamos a Fernando de Castro Soubriet, que dirige el Laboratorio de Neurobiología del Instituto Cajal, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Fernando es uno de los firmantes de estas publicaciones. Charlamos con él sobre neurociencia en clave de mujeres. Pincha en este enlace para ver la entrevista para saberlo todo sobre las Sotas de la neurobaraja:

 https://youtu.be/tDQnHEVV3xQ











¿Te ha picado la curiosidad?

NOTAS:

[1] LLORET, Juan. Manuela Solís y Clarás, la primera médica de la medicina valenciana. Artículo del proyecto Personajes y espacios de ciencia, de la Unitat de Cultura Científica i de la Innovació de la Universitat de València.  https://www.uv.es/uvweb/unidad-cultura-cientifica-innovacion-catedra-divulgacion-ciencia/es/personatges-espais-ciencia/manuela-solis-claras-primera-medica-medicina-valenciana-1286000825169/Entrevista.html?id=1286027069810

[2] PEDRERO ROSÓN, Daniel. Las primeras mujeres universitarias en España (1870-1936). Artículo de Archivos de Historia, publicado el 18.05.2020 https://archivoshistoria.com/las-primeras-mujeres-universitarias-en-espana-1870-1936/

[3] Podcast Pioneras de las ciencias en España. Documentos RNE, emitido el 17.03.2016.  https://www.rtve.es/radio/20160317/pioneras-ciencia-espana-este-sabado-documentos-rne/1320840.shtml

[4 ] GINÉ E., MARTÍNEZ C., SANZ C, NOMBELA C. and DE CASTRO F. (2019) The Women Neuroscientists in the Cajal School. Front. Neuroanat. 13:72.  https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnana.2019.00072/full

[5] NOMBELA C., FERNÁNDEZ-EGEA E., GINÉ E., WORBE Y.,  DEL RÍO-HORTEGA BERECIARTU J. and DE CASTRO F. (2021) Women Neuroscientist Disciples of Pío del Río-Hortega: the Cajal School Spreads in Europe and South America. Front. Neuroanat.15:666938. https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnana.2021.666938/full

[6] BENAVENTE, ROCÍO P. Manuela Serra, la científica sin carrera a la que Ramón y Cajal quiso pagarle los estudios. https://mujeresconciencia.com/2021/06/24/manuela-serra-la-cientifica-sin-carrera-a-la-que-ramon-y-cajal-quiso-pagarle-los-estudios/

[7] VARONA, Mery. Blog Vidas de mujer http://www.meryvarona.es/Mujeres/vidas-de-mujer/

PARA SABER MÁS:

Página web WiNEU: European women in Neuroscience (una iniciativa de FENS, Federation of European Neuroscience Societies)Desde este enlace se accede a los perfiles de muchas pioneras neurocientíficas europeas https://wineurope.eu/#pioneers, incluidos los de las dos mujeres que trabajaron con Cajal: Laura Forster y Manuela Serra.

Libros:
  • ÁLVAREZ RICART, M. Del Carmen (1988). La mujer como profesional de la medicina en la España del siglo XIX. Barcelona, Ed. Anthropos.
  • FLECHA, C. (1996). Las primeras universitarias en España, 1872-1910. Madrid, Narcea de Ediciones.

ACTIVIDADES RELACIONADAS:

Exposición Ellas también son Escuela Cajal: Historias no contadas de la neurociencia española, Unidad de Cultura Científica de la Universidad Complutense de Madrid. Viernes 11 de febrero de 2022, Día de la mujer y la niña en la ciencia.

Viernes 11 de febrero de 2022. Tres de las firmantes femeninas del trabajo The Women Neuroscientists in the Cajal School  hablarán de las mujeres de la escuela de Cajal.  Aquí tienes toda la información: https://www.instagram.com/p/CZjkPnnsMW6/?utm_source=ig_web_copy_link







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[name=Instituto Cajal] [img=https://1.bp.blogspot.com/-yNbYEuKnCPM/X77vfL0oqqI/AAAAAAAAAWk/B1I9QcawnRwGSXZzvSUsQx38Bwz8IKRfACPcBGAYYCw/h140/icajal.png] [description=Instituto propio de investigación en Neurociencia del CSIC. Se trata del centro de investigación neurobiológica más antiguo de España. Tiene su origen en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundado en 1900 con motivo de la concesión del 'Premio Moscú' a Santiago Ramón y Cajal en el XIII Congreso Internacional de Medicina de París.] (facebook=facebook=https://www.facebook.com/pages/Instituto-Cajal-CSIC/159756284108281) (twitter=https://twitter.com/InstitutoCajal) (instagram=https://www.instagram.com/explore/locations/325370270/spain/madrid-spain/instituto-cajal-csic) (youtube=https://www.youtube.com/channel/UCCzO-Rkos3KuKOfssqcjaqw)