Theme Layout

Boxed or Wide or Framed

Theme Translation

Display Featured Slider

Featured Slider Styles

Display Grid Slider

Grid Slider Styles

Display Trending Posts

Instituto Cajal

Se trata del centro de investigación neurobiológica más antiguo de España. Tiene su origen en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundado en 1900 por orden del Rey Alfonso XIII con motivo de la concesión del Premio Moscú a Santiago Ramón y Cajal (1852-1934).

Display Instagram Footer

Dark or Light Style

Buscar este blog

(C) CSIC - Consejos Superior de Investigaciones Científicas. Todos los derechos reservados.. Con la tecnología de Blogger.
Mostrando entradas con la etiqueta Microglía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Microglía. Mostrar todas las entradas
Dos al Siete de Espadas: LA MICROGLÍA EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Dos al Siete de Espadas: LA MICROGLÍA EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS


 

La microglía protege el sistema nervioso central y custodia su buen funcionamiento, pero cuando la neuroinflamación defensiva que desencadena en respuesta a una agresión se descontrola, se acumulan las preguntas a las que la neurociencia busca respuestas que atajen los trastornos y enfermedades que origina.

Sabemos que las enfermedades del sistema nervioso son afecciones complejísimas que obligan a los investigadores a desplegar su arsenal neurocientífico para responder a las preguntas de por qué, cómo y cuándo se producen. Esclarecer sus causas nos pondrá en camino para encontrar tratamientos que, a falta de curarlas, por lo menos frenen su avance o alivien los síntomas de quienes las padecen.

En los últimos años se ha descubierto que la microglía juega un papel crucial en las patologías del sistema nervioso, independientemente de la causa o la región afectada. Natalia Yanguas Casás, del Instituto de Investigación Puerta de Hierro-Segovia de Arana, es experta en estas células y nos explica en esta entrada cuál es el papel que juegan en distintas enfermedades neurológicas.

Como vimos en la carta del As de Espadas de nuestra neurobaraja, la microglía es la célula inmunitaria residente de nuestro sistema nervioso. Esto significa que es la primera línea de defensa ante alteraciones o posibles agresiones del mismo. ¿Cómo realiza estas funciones? Pues bien, primero detecta la alteración o agresión. Acto seguido, libera sustancias pro-inflamatorias para activar las células de alrededor y reclutar a otras que estén más lejos para eliminarla, en un proceso que se llama: neuroinflamación [1]. Una vez que el problema está bajo control, las células de la microglía fagocitan los restos de células (o debris) que queden en la zona y liberan sustancias antiinflamatorias para que todo vuelva al estado de equilibrio (homeostasis) anterior a la perturbación, y ellas puedan volver a su estado «vigilante».

Dada la importancia de sus funciones, es fácil comprender que el mal funcionamiento de las células de la microglía se relacione con la patogénesis de múltiples enfermedades neurodegenerativas. De hecho, a medida que envejecemos, la microglía se vuelve senescente y no es capaz de resolver con la misma eficiencia de cuando el organismo era más joven las alteraciones que ocurren en el tejido nervioso. Por eso, la incidencia de las enfermedades neurodegenerativas aumenta con la edad [2].

A pesar de su diversidad y complejidad, hoy sabemos que todas las enfermedades del sistema nervioso van acompañadas de un proceso, más o menos progresivo, de neuroinflamación crónica que termina provocando la degeneración y la muerte neuronal. Sin embargo, es importante saber que la neuroinflamación es una respuesta fisiológica que generan las células de la microglía con el fin de eliminar perturbaciones del ambiente y que el sistema nervioso siga funcionando de manera óptima. Normalmente es un proceso de corta duración, pero en situaciones patológicas se vuelve crónico, porque la microglía no es capaz de resolver la perturbación y sigue liberando sustancias pro-inflamatorias al medio. Además, es posible que tampoco sea capaz de fagocitar los restos de células muertas o de proteínas mal plegadas, con lo que el ambiente se vuelve tóxico para las células sanas de alrededor.

La microglía no es la única célula que contribuye a los procesos inmunológicos dentro del sistema nervioso, porque otras poblaciones de células (como los astrocitos) pueden responder a factores patológicos e influir en las respuestas y reacciones del resto de células. Sin embargo, aquí nos vamos a centrar en el papel de la microglía en las enfermedades neurodegenerativas más comunes.

Cuando presentamos las cartas del dos al siete de bastos hablamos de la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario ataca la vaina protectora de mielina que recubre las fibras nerviosas, causando problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Los acúmulos tóxicos de mielina generan un ambiente pro-inflamatorio a su alrededor que recluta la microglía para eliminarlos. En estadios iniciales de la enfermedad, la microglía es capaz de resolver la situación y revertir la situación a la normalidad, lo que se ha relacionado con la alternancia entre brotes y situaciones de normalidad en la llamada esclerosis múltiple remitente-recurrente. Pero como el sistema inmunitario sigue atacando las vainas de mielina, la neuroinflamación se hace crónica y, si se combina con fallos en la fagocitosis de la mielina, la retroalimentación inflamatoria que se genera es cada vez más difícil de resolver, hasta que el sistema no puede hacer frente a la situación y la enfermedad progresa.

Con la publicación de las cartas del dos al siete de oros vimos que la enfermedad neurodegenerativa más frecuente y la principal causa de demencia es el alzhéimer. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de péptidos amiloideos (Aβ) que forman placas y se acumulan en el tejido cerebral, principalmente en la corteza cerebral y el hipocampo. La microglía interviene porque el péptido Aβ provoca su activación y hace que se concentre alrededor de estas placas, que sin embargo no elimina. La activación de la microglía también libera mediadores pro-inflamatorios y glutamato en la zona, lo que acaba matando a las neuronas. En función del estadio de la enfermedad, se ha visto que la microglía puede ejercer efectos beneficiosos (sobre todo en etapas iniciales), pero cuando su respuesta es deficiente, se observan problemas en la fagocitosis, en las cascadas inflamatorias e, incluso, en su metabolismo.

Otra enfermedad de importante incidencia es el párkinson, que es el paradigma de los trastornos neurodegenerativos del movimiento, aunque también produce alteraciones en la función cognitiva, cuadros depresivos y dolor. La causa principal es un déficit de secreción de dopamina en una región cerebral llamada substantia nigra pars compacta, que se produce por degeneración de las neuronas en esa zona. Además, aparecen acúmulos de una proteína llamada alfa-sinucleína (α-Syn) en estas neuronas, generando lo que en la clínica se conoce como cuerpos de Lewy. Se ha visto que la α-Syn liberada por las neuronas activa la microglía, que en esta enfermedad presenta alteraciones en genes relacionados con estrés oxidativo e inflamación y en la proteínas de degradación en lisosomas, lo que quiere decir que la microglía es capaz de fagocitarlas pero no de procesarlas. Esto deriva en la liberación exacerbada de mediadores pro-inflamatorios por la microglía. Además, se ha visto que la función de poda sináptica, que garantiza que las conexiones neuronales funcionen bien, también se encuentra alterada en la microglía de modelos animales y pacientes con la enfermedad de Parkinson. 

También la ataxia-telangiectasia es una enfermedad neurodegenerativa relacionada con el movimiento. Se trata de una enfermedad hereditaria causada por una mutación concreta, que provoca una degeneración del cerebelo. Los modelos animales de esta patología han demostrado que la migración de la microglía al cerebelo es mucho más rápida de lo normal durante los estadios del desarrollo, y que también existen deficiencias de fagocitosis en esta región.

Otro tipo de enfermedades neurológicas son las enfermedades priónicas o encefalopatías espongiformes transmisibles, que están producidas por unas proteínas llamadas priones, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). Estas patologías suelen debutar en la edad madura y evolucionan con mucha rapidez (el 90 % de los pacientes muere un año después del diagnóstico). Se ha sugerido que la microglía juega un papel crucial en el inicio de los cambios patológicos en esta enfermedad. Como en el resto de patologías con depósitos de proteínas alteradas, la microglía se sitúa alrededor de estas, y se activa para fagocitarlas y eliminarlas del medio. La degeneración neuronal en esta enfermedad se debe a una reducción en la resistencia a las agresiones de sustancias tóxicas y a un incremento en la liberación de estas y de especies reactivas de oxígeno por la microglía. Además, la microglía activada por los priones libera mediadores pro-inflamatorios en esa región, agravando la muerte neuronal.

La epilepsia es una enfermedad provocada por alteraciones en la actividad eléctrica de las neuronas. Las causas son muy variables, desde genéticas hasta traumatismos o hipoxia cerebral, pero la microglía también juega un papel importante en esta patología. Una de las funciones fisiológicas de la microglía es la poda de sinapsis aberrantes. Esto quiere decir que para que las neuronas sean capaces de transmitir la información de una a otra de una manera óptima, la microglía determina qué conexiones son importantes y cuáles no, y elimina estas últimas para dar prioridad a las primeras. Si la poda sináptica no se hace bien, aparecen alteraciones en las conexiones cerebrales que contribuyen a la patofisiología de esta enfermedad. 

La enfermedad de Huntington es poco frecuente en comparación con las anteriores. Su causa es genética, y por lo tanto es una enfermedad hereditaria. En estos pacientes, y en diferentes modelos animales, se ha observado que la microglía está activada y tiene un fenotipo pro-inflamatorio, de manera que su principal contribución a esta patología es, de nuevo, la cronificación de la neuroinflamación.

Además de su papel en las enfermedades neurodegenerativas, la disfunción de la microglía aparece en otras enfermedades neurológicas como en el autismo o el síndrome de Tourette (por deficiencias en la poda sináptica o favorecimiento de la neuroinflamación en determinados estadios del desarrollo), la depresión (por liberación de mediadores pro-inflamatorios y de estrés), el síndrome de estrés postraumático (favoreciendo la inflamación), los accidentes cerebrovasculares o traumatismos (por disfunciones en la capacidad fagocítica y una mala resolución del proceso inflamatorio en algunos casos) o los tumores cerebrales (favoreciendo la migración de las células tumorales y mecanismos de escape tumoral). 

Está claro que la microglía juega un papel crucial en las enfermedades del sistema nervioso, independientemente de cuál(es) sea(n) su(s) causa(s) o la(s) zona(s) afectada(s). Por eso, al igual que los astrocitos, actualmente son una diana terapéutica muy interesante. Si conseguimos modular las respuestas de la microglía será posible indicarles que hagan lo que «nosotros queramos que hagan»: desde fagocitar mejor para eliminar los acúmulos de proteínas, hasta determinar su tipo de activación (pro- o anti-inflamatoria) según el momento. De este modo podríamos cambiar el desarrollo de muchas de estas enfermedades.   


¿TE HA PICADO LA CURIOSIDAD Y QUIERES SABER MÁS?

FUENTES CITADAS Y NOTAS

[1] MARTÍNEZ-TAPIA, R. J., F. ESTRADA-ROJO, A. A. HERNÁNDEZ-CHÁVEZ, A. BARAJAS-MARTÍNEZ, S. ISLAS ESCOTO, L. NAVARRO y A. CHAVARRÍA (2018). Neuroinflamación: el Ying-Yang de la neuroinmunología. Revista de la Facultad de Medicina (México), 61(5): pp. 44-53 http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422018000500044&lng=es&tlng=es 

[2] Si quieres saber más sobre algunas enfermedades degenerativas, mira la entrada de las cartas 2 al 7 de Copas).

OTROS ENLACES INTERESANTES

PÉREZ CAPOTE, Kamil (2006). Respuesta de las células gliales al daño neuronal in vitro. Introducción (55 pp). Tesis Doctoral. Universitat de Barcelona. https://digital.csic.es/bitstream/10261/91949/4/1_INTRODUCCION.pdf

KWON Hyuk-Sung and Seong-Ho KOH (2020). Neuroinflammation in neurodegenerative disorders: the roles of microglia and astrocytes. Translational Neurodegeneration (2020) 9:42 https://translationalneurodegeneration.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40035-020-00221-2


Seguir leyendo
Instituto Cajal
0 Comentarios

También te podría interesar

AS DE ESPADAS: MICROGLÍA, LAS DEFENSORAS DEL TEJIDO NERVIOSO

AS DE ESPADAS: MICROGLÍA, LAS DEFENSORAS DEL TEJIDO NERVIOSO


Presentamos a nuestro As de Espadas: la microglía. Una célula «micro» por su tamaño, pero «macro» por sus poderes de defensa del sistema nervioso central. 

El cerebro cuenta con su propio sistema inmunitario, porque los linfocitos presentes en el torrente sanguíneo que alcanzan cualquier tejido corporal amenazado no pueden traspasar la barrera hematoencefálica para llegar al sistema nervioso central. Aquí es donde entra en juego la microglía, unas células que resultan de un préstamo del sistema inmunitario al sistema nervioso central, en el que se infiltran durante la gestación. Su función principal consiste en reconocer las infecciones y tomar las primeras medidas necesarias con el fin de combatirlas. Unas células muy especiales que descubrimos de la mano de Natalia Yanguas Casás, del Instituto de Investigación Puerta de Hierro-Segovia de Arana.

Como su nombre indica, la microglía es la célula glial más pequeña de nuestro sistema nervioso central. De hecho, es la menor de las células que podemos encontrar en el encéfalo (cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo) y la médula espinal. 

Hasta 1920, las células de la microglía se habían descrito como parte del «tercer elemento» del tejido nervioso, pero a partir de aquel año, el discípulo de Santiago Ramón y Cajal y de Nicolás Achúcarro, Pío del Río-Hortega, decidió que eran células independientes y les puso el nombre con el que las conocemos hoy [1]. En 1925, Ramón y Cajal escribía:
«Se debe a Pío del Río-Hortega el mérito de haber encontrado un método especial capaz de mostrar completamente, hasta sus más finas ramificaciones, la microglia cerebral normal y patológica. Gracias a esta preciosa contribución técnica, aplicable al hombre y a los mamíferos, se ha demostrado que las Stäbchenzellen, las células «intersticiales» de Achúcarro y todos los corpúsculos repletos de granulaciones, conocidos con los nombres de Gitterzellen, Füllzellen y Abräumzellen, no son más que simples variedades de la microglia normal que estaría dotada de una facultad de emigración y un poder fagocitario sorprendente.» [2]

Los seres humanos tenemos casi tantas células de microglía como neuronas en el encéfalo, aunque su número varía según si hablamos de unas condiciones fisiológicas, de inflamación, o patológicas. No se distribuyen de manera uniforme, sino que la proporción de microglía en las diferentes regiones cerebrales oscila entre el 0,5 % y el 16,6 % del total de células [3].

Se trata de unas células gliales muy versátiles, ya que tanto su forma como su estructura y distribución en el sistema nervioso varían según las funciones que estén desarrollando en cada momento, el lugar en el que se encuentren y las señales químicas que reciban de las células que las rodeen (ya sean estas otras células gliales, neuronas o infiltrados de células ajenas al sistema nervioso en situaciones patológicas). Se trata por lo tanto de unas células muy dinámicas. 

Cada uno de los estados diferentes de la microglía se conoce en nuestro campo de la neurociencia como «fenotipo». Aunque hay muchos fenotipos diferentes, al microscopio se pueden diferenciar dos tipos de células simplemente por la forma que tienen: células activadas (microglía reactiva) y células en reposo (microglía no reactiva).

Imágenes de microscopía confocal de células de microglía (color verde) con sus fenotipos no reactivo (a la izquierda) y reactivo (a la derecha)
(fuente: https://youtu.be/1SZ2HVnGwIk?list=PLEU_4DYTRsCHPRnT2mlufUmpb_J0KlwmY&t=1623)


Perfiles de activación de la microglía. Dependiendo del estímulo, la microglía puede adquirir diferentes tipos de activación y, por lo tanto, tendrá diversas funciones.

En reposo, las células de la microglía tienen una zona central redondeada, de la que salen múltiples proyecciones, que parecen las patitas de una araña. Sin embargo, cuando las células de la microglía se activan (se vuelven reactivas), esas proyecciones desaparecen y la parte central se hace más grande, tomando forma como de huevo frito [4].

En realidad, las células de la microglía no son células nerviosas (como las neuronas, los astrocitos o los oligodendrocitos), sino que son células del sistema inmunitario (derivan de las células precursoras de la médula ósea, de origen mesodérmico) que se infiltran en el cerebro y en la médula espinal durante el desarrollo embrionario. ¿Para qué? Pues para estar lo más cerca posible de los peligros que puedan dañar el sistema nervioso central y, en el caso de que aparezcan, responder rápidamente a cualquier perturbación del sistema. 

En condiciones fisiológicas las células de la microglía están todo el rato «escaneando» el ambiente que las rodea con unas prolongaciones que extienden y retraen para comprobar que las células que tienen alrededor se encuentran en un estado óptimo. Se calcula que recorren el cerebro en unas seis horas. Estas proyecciones también les permiten establecer contacto con diferentes sinapsis entre neuronas para comprobar que funcionan. 

En el caso de que las células no estén en estado óptimo o que las sinapsis no funcionen, las células de la microglía sufren diferentes grados de activación en los que su forma va cambiando y las prolongaciones se van acortando, hasta llegar al estado de máxima activación en el que toman una forma redondeada y sin proyecciones (como un huevo frito). En este estado es cuando pueden ejercer funciones de macrófago para eliminar los detritus (debris) celulares y las neuronas muertas del tejido nervioso, gracias a un proceso que se llama «fagocitosis» y que no es otra cosa que «comerse» esos restos. Estos cambios, que somos capaces de ver en las formas, son el espejo de lo que está pasando dentro de la microglía y de su estado funcional [5]

Ante cualquier perturbación del ambiente que rodea a las células de la microglía, estas responden inicialmente liberando sustancias químicas que tienen dos funciones: eliminar la perturbación y atraer a otras células a la zona en la que está sucediendo el problema, para poder hacerle frente. Este proceso se conoce como «neuroinflamación».

Generalmente, la neuroinflamación es un proceso de corta duración, en el que se elimina aquello que está alterando la homeostasis (mantenimiento de la composición y propiedades del medio interno de un organismo) y las células de microglía fagocitan los restos, liberan sustancias antiinflamatorias (que eliminan la inflamación), y vuelven a su estado de reposo. 

La llamada «poda de sinapsis» ocurre cuando las células de la microglía detectan que hay contactos entre neuronas que no están funcionando o que son redundantes, y deciden fagocitarlos para que la información fluya de una manera más eficiente y no se pierda en conexiones inútiles. El objetivo de la poda sináptica es por lo tanto lograr una conexión precisa de los circuitos cerebrales.

Todas las células de microglía expresan en su superficie unos receptores que podemos usar para marcarlas y verlas en un microscopio. Los más usados son Iba-1 y CD11b, pero además de estos marcadores, hay otros que sirven para reconocer cada uno de los fenotipos de la microglía. Estos otros marcadores pueden ser: receptores de membrana (por ejemplo para ver aquellas que fagocitan más, o las que interaccionan más con otras células), enzimas de dentro de la célula (que dan idea de qué rutas bioquímicas —proinflamatorias o antiinflamatorias— se están activando ante una situación determinada), u otras sustancias químicas (como por ejemplo marcadores de senescencia que nos van a decir si las células funcionan bien o no). En conjunto, todos estos marcadores son los que nos van a permitir saber qué es lo que está pasando.

En situaciones patológicas, cuando estudiamos la región afectada, generalmente se encuentran varios fenotipos de microglía en la misma zona. Es decir, que vemos microglía proinflamatoria, cuya finalidad es eliminar el daño, y microglía antiinflamatoria, cuya finalidad es controlar y resolver la inflamación antes de que sea dañina para el tejido nervioso. En situaciones patológicas, a medida que la enfermedad progresa, hay un desequilibrio de estos fenotipos y la respuesta de la microglía deja de ser eficiente. Aparece entonces con mayor frecuencia el fenotipo proinflamatorio o un fenotipo senescente que no responde.

Se ha visto que la microglía es esencial en el desarrollo del sistema nervioso humano, ya que en estas etapas iniciales, la división celular se produce en oleadas donde es crucial eliminar las células sobrantes para que todas las estructuras nerviosas que conocemos en el sistema nervioso adulto se formen y funcionen de manera adecuada. De hecho, se ha observado que un mal funcionamiento de la microglía en estas etapas podría estar relacionado con la aparición de enfermedades como trastornos del espectro autista y de la conducta en niños.

Funciones de la microglía
 (dibujos de células de microglía: Natalia Yanguas Casás)

La microglía también juega un papel crucial en todas las enfermedades neurodegenerativas, ya que en su mayoría van acompañadas de neuroinflamación.

Como hemos explicado antes, la neuroinflamación es un proceso fisiológico cuya finalidad es la de hacer frente a alguna perturbación del medio para proteger al individuo. Sin embargo, si este proceso no se resuelve y se vuelve crónico, los mediadores inflamatorios que liberan las células de microglía activan a otras células (como los astrocitos, microglía e incluso células que hayan sido reclutadas de fuera del sistema nervioso) y se generan situaciones tóxicas que pueden llevar a la muerte celular. Además, a medida que envejecemos, la microglía se puede volver senescente y convertirse en incapaz de resolver con la misma eficiencia que en etapas más jóvenes las alteraciones que percibe en su entorno.

En enfermedades como la esclerosis múltiple, además del proceso de neuroinflamación crónica se ha descrito una fagocitosis deficiente de la mielina por parte de las células de microglía, lo que genera un proceso de retroalimentación inflamatoria que es cada vez más difícil de resolver, hasta que llega un punto en el que el sistema no puede hacer frente a la situación y la enfermedad progresa [6].

Algo similar ocurre también en la enfermedad de Alzheimer, en la que se ha encontrado que la microglía se concentra alrededor de las placas de amiloide [7], y que se activa y se divide en esas zonas, pero no es capaz de fagocitar las placas y eliminarlas [8].

En el caso de la enfermedad de Parkinson, los déficits en la respuesta microglial afectan al desarrollo de la enfermedad por el proceso de inflamación y una fagocitosis deficiente de la α-sinucleína, entre otros [9].

También se sabe que ciertas alteraciones en las funciones de la microglía que llevan a la aparición de sinapsis aberrantes contribuyen a la patofisiología de la epilepsia [10].

Estos son sólo algunos ejemplos de enfermedades en los que alteraciones en las respuestas de la microglía contribuyen a su desarrollo. Pero como os hemos dicho, están implicadas en todas ellas, ya que controlan la neuroinflamación, la fagocitosis y la formación de sinapsis.

¿Sabíais antes de leer esto lo esencial que es esta célula para que nuestro cerebro funcione de manera adecuada?

Pues, si te ha picado la curiosidad, aquí tienes más enlaces para seguir aprendiendo

NOTAS Y FUENTES CITADAS

[1] A principios del siglo XX, los trabajos y tinciones utilizadas por Ramón y Cajal y Achúcarro permitían distinguir en la neuroglía astrocitos protoplasmáticos de la sustancia gris (glía de radiaciones cortas), astrocitos fibrosos (glía de radiaciones largas) y un «tercer elemento» (en terminología de Cajal) que no se conseguía distinguir con precisión, conformado por «elementos adendríticos».  Pío del Río-Hortega consiguió mejorar las técnicas de tinción que había aprendido con Achúcarro, gracias al método del carbonato argéntico, y vio mucho más que sus maestros; lo publicó en un trabajo de 1919 en el que acuñó el término «microglia», cuyo título es muy significativo: «El tercer elemento de los centros nerviosos. I La microglia normal. II Intervención de la microglia en los procesos patológicos. (Células en bastoncito y cuerpos granulo-adiposos). III Naturaleza probable de la microglia», Bol. Soc. Esp. Biol., 9, 69-129. En: CORTÉS GABAUDAN, Francisco (2009). Microglía, una aportación española del siglo XX al vocabulario médico. Panace@. Vol. X, n.º 29. Primer semestre, 2009 https://www.tremedica.org/wp-content/uploads/n29_entrermeses-Gabaudan2.pdf

[2]Trabajos del laboratorio de Investigaciones Biológicas, 23 (1925): 157-216].

[3] LAWSON, L.J., V.H. PERRY, S. GORDON (1992). Turnover of resident microglia in the normal adult mouse brain. Neuroscience, Volume 48, Issue 2, 1992: pp. 405-415 https://doi.org/10.1016/0306-4522(92)90500-2

[4] LAWSON, L.J., V.H. PERRY, P. DRI and S. GORDON (1990). Heterogeneity in the distribution and morphology of microglia in the normal adult mouse brain. Neuroscience. 1990;39(1):151-70. https://doi.org/10.1016/0306-4522(90)90229-W

[5]  DAVIS, E.J., T.D. FOSTER and W.E. THOMAS (1994). Cellular forms and functions of brain microglia. Brain Res Bull. 1994;34(1):73-8. https://doi.org/10.1016/0361-9230(94)90189-9

[6] GUERRERO BROOKE, L. and Nancy L. SICOTTE (2020). Microglia in Multiple Sclerosis: Friend or Foe?  Frontiers in Immunology, vol. 11,

[7] Las placas amiloides son el resultado de la acumulación de una proteína en el espacio extraneuronal característico de las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer impidiendo una correcta conexión entre las neuronas y provocando su degeneración. 

[8] HANSEN, David V., Jesse E. HANSON and Morgan SHENG (2018). Microglia in Alzheimer's disease. J. Cell Biol (Special Collection: Neurogeneration and neuroinflammation) vol 217 (2): 459-472 https://doi.org/10.1083/jcb.201709069

[9] HO MS. (2019). Microglia in Parkinson’s Disease. In: Verkhratsky A., Ho M., Zorec R., Parpura V. (eds) Neuroglia in Neurodegenerative Diseases. Advances in Experimental Medicine and Biology, vol 1175. Springer, Singapore. https://doi.org/10.1007/978-981-13-9913-8_13

[10] VICTOR TR and SE. TSIRKA (2020). Microglial contributions to aberrant neurogenesis and pathophysiology of epilepsyNeuroimmunol. Neuroinflammation 2020;7:234-47. http://dx.doi.org/10.20517/2347-8659.2020.02

OTROS ENLACES y dOCUMENTOS 

Canal YouTube Instituto Cajal
    Neurociencia para dummies, Natalia Yanguas Casás.
https://youtu.be/1SZ2HVnGwIk?list=PLEU_4DYTRsCHPRnT2mlufUmpb_J0KlwmY&t=1623

Blog Células Gliales
    Microglía https://celulasgliales.com/microglia/

Canal YouTube Sinapsis EMP
    Microglía Https://Www.Youtube.Com/Watch?V=-AV8BJXhyDU
    Fagocitosis y Presentación De Antiígenos Https://Www.Youtube.Com/Watch?V=MFVcJur-D-S


CRESPO CASTRILLO, Andrea (2019). Efecto del esteroide sintético tibolona sobre la gliosis reactiva. Tesis doctoral del Departamento de Farmacología de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigida por el Dr. Luis Miguel García Segura y la Dra. María Ángeles Arévalo Arévalo (Instituto Cajal, CSIC) http://hdl.handle.net/10486/690490

DEL RÍO-HORTEGA, Pío (1919). Coloración rápida de tejidos normales y patológicos con carbonato de plata amoniacal.  Trabajos del Laboratorio de Histopatología de la Junta para la Ampliación de Estudios n.º 7. Boletín de la Sociedad Española de Biología, Vol. XI, fascículo 1.  Publicado en la revista Arbor (CSIC) CLXXXI 714, julio-agosto 2005: pp. 235-243 https://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/432/434

DEL RÍO-HORTEGA, Pío (1924). Lo que debe entenderse por Tercer Elemento de los centros nerviosos. Boletín de la Sociedad Española de Biología, Vol. XI, fascículo 1.  Publicado en la revista Arbor (CSIC) CLXXXI 714, julio-agosto 2005: pp. 245-248

MEDEROS CRESPO, Sara (2019). Comunicación astrocito-interneurona y el procesamiento de la información en las redes neuronales. Tesis Doctoral dirigida por la Dra. Gertrudis PEREA PARRILLA, del Instituto Cajal (CSIC). Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. 198 pp. https://digital.csic.es/handle/10261/210592 

PÉREZ CAPOTE, Kamil (2006). Respuesta de las células gliales al daño neuronal in vitro. Introducción (55 pp). Tesis Doctoral. Universitat de Barcelona. https://digital.csic.es/bitstream/10261/91949/4/1_INTRODUCCION.pdf 

SIERRA, Amanda, PAOLICELLI Rosa C., and KETTENMANN H. (2019). Cien años de Microglía: Milestones in a Century of Microglial Research. Trends in Neurosciences, November, Vol. 42, No. 11, pp. 778-792. https://doi.org/10.1016/j.tins.2019.09.004

KETTENMANN, H. U.K. HANISCH, M. NODA & A. VERKHRATSKY (2011). Physiology Of Microglia. Physiological Reviews, 91(2), 461-553. https://doi.org/10.1152/physrev.00011.2010

MARTÍNEZ TAPIA, Ricardo Jesús, Francisco ESTRADA-ROJO, Alonso Alejndro HERNÁNDEZ-CHÁVEZ, Antonio BARAJAS MARTÍNEZ, Santiago ISLAS ESCOTO, Luz NAVARRO Y Anahí CHAVARRÍA (2018). Neuroinflamación: El Ying-Yang De La Neuroinmunología. Revista De La Facultad De Medicina (México), 61(5), 44-53. Http://Www.Scielo.Org.Mx/Scielo.Php?Script=Sci_arttext&Pid=S0026-17422018000500044&Lng=Es&Tlng=Es.

NAKAJIMA, K. & S. KOHSAKA (2001). Microglia: Activation And Their Significance In The Central Nervous SystemThe Journal Of Biochemistry, 130(2), 169-175. https://doi.org/10.1093/oxfordjournals.jbchem.a002969

YANGUAS CASÁS, Natalia (2015). Efecto del tauroursodeoxicolato en la regulación de la neuroinflamación aguda. Tesis Doctoral , de acuerdo al trabajo realizado bajo realizada bajo la dirección del Dr. Lorenzo Romero Ramírez y el Prof. Manuel Nieto Sampedro en el Dpto. de Neurobiología Funcional y de sistemas del Instituto Cajal (CSIC), Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Departamento de Bioquímica, Biología Molecular, Biomedicina y Biotecnología. 187 pp.

Y PARA COMPROBAR SI HAS COMPRENDIDO BIEN TODO LO QUE TE HEMOS CONTADO SOBRE LA MICROGLÍA, aquí tienes un pequeño cuestionario interactivo.



Seguir leyendo
Instituto Cajal
0 Comentarios

También te podría interesar

[name=Instituto Cajal] [img=https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0vcGzEkG_ZAFcrBJ0-QggGcG7SSFELO9U-G_-rUqMvK4nJkLi0UaQToQDxen1PZmaXTwt4jWHMpAfUFI2jmHx2c45Xog3WrgjPFyIYtK04yTN8uJ8vRrXdAXGDG-j5pyXrFeoocrSjGTl/h140/icajal.png] [description=Instituto propio de investigación en Neurociencia del CSIC. Se trata del centro de investigación neurobiológica más antiguo de España. Tiene su origen en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, fundado en 1900 con motivo de la concesión del 'Premio Moscú' a Santiago Ramón y Cajal en el XIII Congreso Internacional de Medicina de París.] (facebook=facebook=https://www.facebook.com/pages/Instituto-Cajal-CSIC/159756284108281) (twitter=https://twitter.com/InstitutoCajal) (instagram=https://www.instagram.com/explore/locations/325370270/spain/madrid-spain/instituto-cajal-csic) (youtube=https://www.youtube.com/channel/UCCzO-Rkos3KuKOfssqcjaqw)